Esta segunda ola de Covid-19 tiene un comportamiento muy extraño. Mientras hay comunidades que sufren día a día los estragos del aumento de contagios, hay otras que aseguran haber llegado al pico de la ola y que ahora se encuentran en un claro descenso. Este es el caso de Cataluña, que el pasado 21 de octubre contabilizó 6.028 casos, su cifra más alta en un solo día y ahora registra unas cifras algo menores tal y como explican desde 'La Vanguardia'.
El Departament de Salut del gobierno catalán publicó el informe 'Evolució dels casos i de la Rt del SARS-CoV-2' donde ponía de relieve haber llegado ya al pico de contagios. Además el número R de reproducción—lo que indica la media de personas que una persona infectada con el virus contagia al resto de población— se ha situado ya por debajo de 1. Lo que indica que los contagios van descendiendo. Teniendo en cuenta los datos que ofrece la web DadesCovid, se puede afirmar que Cataluña ha superado la segunda ola.
Pero todavía no es para echar cohetes. Pues aunque el número R de reproducción del virus se encuentra por debajo de 1, no está ni mucho menos, muy alejado pues se sitúa en el 0,96. Esto indica que Cataluña está bajándose de esta segunda ola de manera muy lenta. La razón del descenso de los contagios se debe, principalmente, a las medidas de restricción tomadas en la semana del 12 de octubre cuando tuvieron lugar el cierre de la hostelería, la suspensión de las clases presenciales en las universidades y la recomendación del teletrabajo.
Una muy buena previsión pero esperando todavía resultados
Teniendo en cuenta las repercusiones positivas que las restricciones impuestas a mediados de octubre han tenido sobre la expansión del virus, desde Salut son optimistas y prevén que el número R siga bajando después de las medidas tomadas posteriormente como el toque de queda. Así pues se espera que en los próximos días baje hasta el 0,8 lo que implicaría una reducción de casi la mitad de contagios.
4.538 es la media de los casos diarios que se han registrado desde mediados de octubre en Cataluña. Una cifra muy por debajo de los seis mil y pico detectados el 21 de octubre. El objetivo del Govern es mantener las restricciones para contribuir a un descenso de casos ya que se tiene constancia de lo útiles que resultan para frenar los contagios.
«Estamos bajando muy poquito, pero empezamos a bajar» aseguró Clara Prats, directora del grupo de investigación sobre Covid en el equipo Biocomsc de la Universitat Politècnica. Prats es la encargada de elaborar los informes sobre los contagios para el Departament de Salut y, viendo la evolución de la pandemia, sostiene que «hemos pasado el pico y que encaramos el descenso, pero no es un descenso significativo todavía».
Dependiendo de cómo de rápido se produzca este descenso se podría comenzar a hablar de rebajar las restricciones. Sin embargo, desde el gobierno catalán se prevé que estas no se minimicen hasta diciembre. Ahora más que nunca hay que ser precavidos y no querer correr demasiado. Hasta que no se conozca cómo ha afectado el toque de queda y el cierre perimetral de los fines de semana, no se puede pensar en relajación.
Los hospitales: la otra preocupación del Govern
Es cierto que los casos han bajado pero los casi 4.000 diarios todavía representan un riesgo para la sanidad. «Hemos frenado en 4.000 casos, eso supone que ingresan cada día en los hospitales muchas personas» explicaba Josep Maria Argimon, secretario de Salut Pública, poniendo un objetivo claro: «Tenemos que bajar mucho, bajando también la R para conseguir que no haya mucho más de 1.000 nuevos casos diarios».
Argimon recalcó que todavía quedan muchas semanas duras y que «hay que ver la evolución y el efecto de las últimas medidas. No hay mucho margen para endurecer y tenemos que observar todas las estrategias que se han utilizado y que están funcionando».
Teniendo una visión mucho más pesimista, desde Salut esperan que los números de ingresos hospitalarios continúen subiendo porque la cifra de más de 4.000 casos diarios está muy lejos de la capacidad que los centros sanitarios pueden contener. Si a esto se le suma que los enfermos de Covid-19 son pacientes de larga duración, la presión de la sanidad catalana pende de un hilo.