Sin duda, a lo largo de estos años 'First Dates' ha dejado paso a un sinfín de citas que quedarán para la historia ya sea por las conversaciones mantenidas entre comensales o por las peculiaridades físicas que presentan algunos de los participantes. Sin embargo, esta semana, el programa emitía la que probablemente haya sido la cita más sincera del todo el programa.
La pareja en cuestión se trata de un joven llamado Nuño y una enfermera badalonesa, Queralt, que habían acudido al conocido programa de Cuatro dispuestos a encontrar su media naranja.
«Me lo paso bien con todo y hay que aprender a valorar que, si tienes un euro en el monedero, saber disfrutar de él. No he tenido suerte en el amor. Al año de ser madre, me separé y lo crie con la ayuda de mi familia», comenzaba diciendo la comensal quién además es madre de un niño de 13 años.
Sincera y con ganas de no dejarse nada bajo el tintero la joven narraba el gran cambio físico que había experimentado durante los últimos meses. «A raíz de la separación llegué a pesar 130 kilos porque comía por ansiedad, empecé a hacer dieta y, hasta el día de hoy, he perdido 70 kilos», confesaba la enfermera.
Por su parte, Nuño, mucho menos sensible que su chica, aseguraba ser «un poco loco porque me gusta el riesgo, los deportes extremos... Hace diez años tuve un accidente en Marruecos y me abrí la cabeza. El Nuño no falla ni en trabajo, ni en la comida ni en la cama».
Por eso no es de extrañar que lo que más le llamase la atención de Queralt fuese precisamente su sensibilidad y lo mal que lo había pasado. Tanto es así que, muy sincero, Nuño desvelaba que había sido lo que más le había cautivado de su cita.
«Lo primero que me he encontrado es que tiene unos buenos pechos. No sabía dónde mirar, se me iban los ojos. Reconozco que a mí unos buenos pechos me encantan y me ciego un poco», aseguraba durante la cita.