Hace ya ocho años que Paulina Rubio y Colate Vallejo-Nájera dieron por finalizado su matrimonio después de cinco de casados. A pesar de que ambos tienen un hijo en común, parece que las relaciones entre ambos no son todo lo amistosas que sería de desear. Sobre todo por el bien del niño.
La cosa viene de largo. Si bien la relación entre Paulina y Colate fue una de las más seguidas admiradas y comentadas por toda la prensa del corazón casi desde el mimo momento en que empezaron a salir, no todo era ni mucho menos de color de rosa.
La bomba estalló en marzo de 2012. Alegando diferencias irreconciliables la pareja tomó la decisión de separarse. Desde ese momento se puso en marcha una cruenta guerra judicial entre ambos que continua hasta la actualidad. Dicho enfrentamiento ha dado para rellenar miles de páginas en las revistas especializadas. También para montar incontables tertulias en platós de televisión de España y toda Latinoamérica.
Horrorizado por el vídeo de Paulina
El último episodio de esta peculiar batalla ha sido un famoso vídeo que se hizo rápidamente viral en el que se puede ver a la cantante mexicana en un estado de nervios cuanto menos bastante alterado Dicho vídeo ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Colate, que ha decido intentar cambiar las condiciones de la custodia compartida del menor.
Según Vallejo-Nájera «Es muy difícil tomar decisiones conjuntas con alguien con quien tienes que contactar a través de los abogados. El vídeo es fuerte. Tras verlo me costaba mucho volver a llevar al niño a esa casa. El propio juez decidió verlo y después se quedó bastante preocupado.»
Un test psicológico para Paulina
Colate no se fía de la estabilidad emocional de su ex esposa y madre de su hijo, Tanto es así que él mismo ha confirmado a la prensa que piensa solicitar que Paulina pase un test psicológico: «Está claro que con lo que ha pasado tienes que pensar que esa persona no está obrando con racionalidad.»
Seguro que aún nos queda por asistir a nuevos capítulos de este sórdido culebrón cuyo final no se adivina. Pase lo que pase, ojalá que las consecuencias no las pague el hijo de la mal avenida ex pareja, de tan solo nueve años.