La presentadora Carmen Alcayde está atravesando por unos difíciles momentos debido a la cancelación de su programa en 'Telemadrid', El Madroño, que la dejó en una situación muy delicada en plena pandemia del coronavirus.
«De repente pasé de todo a nada, como muchísima gente, se acabó El Madroño, se acabó todo y me dije: Esto no puede ser, tengo niños que alimentar. Pasé a facturar cero, los pagos de la casa siguen viniendo... y nos está costando remontar, como a todo el mundo. Pero a base de mucho trabajo, ahí vamos. No me quiero quejar, porque si nos quejamos nos pegamos un tiro todos», ha confesado la expresentadora de 'Aquí hay tomate' a 'El Español'.
Alcayde recupera la ilusión en 'Zapeando' tras unos meses muy duros
A pesar de todo, parece que su reciente fichaje por 'Zapeando' ha hecho que Carmen recupere la sonrisa: «Estoy súper contenta, la verdad es que estoy muy feliz. Ha llegado en el momento que tenía que llegar, ahora me veo mucho más en esta nueva etapa y en este camino. Con mis monólogos, ahora en Zapeando, en Telemadrid donde también colaboro y meto mucha comedia», asegura Alcayde.
«En este nuevo registro estoy muy cómoda y lo estoy desarrollando desde hace ya dos años, aunque siempre he impregnado mis trabajo de comedia, pero ahora estoy más enfocada a hacer reír. Si de repente me llamaban para un debate o lo que sea, como periodista que soy, pues me sentaba e iba, pero ahora estoy trabajando mucho en esta otra faceta que me apetece», explica la prsentadora en la entrevista.
«El confinamiento ha sido muy duro», confiesa la presentadora
Alcayde se refiere también a la dureza del confinamiento que vivió con su familia: «La verdad es que ha sido muy duro. La verdad es que he pasado por varias fases, al principio aquello parecía un campamento militar con horarios, clases extraescolares, hacía karate con ellos. No paré de currar. Programas de Instagram con mis compañeros del madroño, recetas de cocina... de ahí me salió un una sección de entrevistas que ahora hago para una revista», relataba la valenciana.
«Luego con el niño de cinco años se me hizo un poco pesado al final porque había que enseñarlo a leer, y es algo agotador. La verdad es que doy las gracias por haber abierto los colegios, a ver lo que dura, porque tenerlo en casa es agotador», ha contado.