Mercedes Milá ha sorprendido al público al reconocer que sufrió un desamor que estuvo a punto de acabar con ella. Este desengaño surgió justo después de su separación con José Sámano, mientras presentaba la primera edición de Gran Hermano.
Mercedes Milá es un mito en la televisión, aunque jamás ha tenido necesidad de trabajar porque su familia pertenece a la alta sociedad. En una entrevista que ha concedido en El País asegura que cambió cuando se quitó las “gafas” que le impedían ver el mundo real.
La presentadora se ha sincerado sin tapujos, pues está en un momento de su trayectoria en el que no le tiene miedo a nada. A pesar de haber sido uno de los rostros más conocidos de Telecinco, su vida privada siempre ha estado al margen de la prensa.
Mercedes mantuvo una relación con José Sámano, un famoso productor de cine y teatro que murió en 2017. Por aquel entonces la comunicadora ya no está con él, pues se separaron en 1999, justo antes de empezar a presentar Gran Hermano.
Carlos Castillo, un hombre 17 años menor que ella, apareció en el momento oportuno. Milá tenía por delante un proyecto histórico y acababa de quedarse soltera, así que empezó un nuevo noviazgo con este chico.
Mercedes Milá: "Volvía a casa a llorar"
Mercedes Milá ha explicado que Carlos decidió separarse de ella antes de la primera gala de GH, algo que acabó con toda su ilusión.
“Me había separado de José Sámano e inmediatamente me enamoré de Carlos Castillo, un tío mucho más joven. Me dejó, creí morir y entré en Gran Hermano”, declara en El país sin ningún pudor.
Milá se refugió en el trabajo para superar su drama amoroso y lo cierto es que el frenético ritmo televisivo fue la solución perfecta. Sin embargo, reconoce: “Volvía a casa a llorar”.
La presentadora siempre se ha caracterizado por tener un gran temperamento, así que nadie imaginaba que era una persona tan vulnerable. Después de sufrir dos golpes sentimentales tan seguidos pensó que lo mejor era centrarse en ella y en su carrera.
“Me quitó la salud, pero después de José y de Carlos, no me he cruzado con nadie como para cogerle la mano. Me salvó que me dejaran hacer todo el proceso del programa, hasta el casting”.
Mercedes reflexiona sobre su “sangre azul”
La comunicadora pertenece a una familia con orígenes aristocráticos, así que ha disfrutado de una infancia bastante acomodada. Según cuenta, siempre ha sido una mujer muy inquieta, por lo que no se conformaba con los límites que marcaban sus educadores.
“Era una chica con muchas preguntas sobre la mesa, pero me aburría. Éramos niñas bien y nos marcaban con esa conciencia de privilegiadas”.
Milá enseguida demostró que tenía dotes para la comunicación, pues además de ser una persona formada tenía una gran conciencia colectiva. Todo empezó cuando dio un golpe en la mesa y apostó por ver más allá de los márgenes impuestos por su entorno.
Asegura que tuvo que “llevar unas gafas que te impedían ver las circunstancias sociales y políticas de lo que tenías cerca. Pero me di cuenta pronto de que aquello no era verdad”.
Siempre ha sido una joven muy rebelde y ha hecho lo que consideraba oportuno para luchar por su felicidad. Ningún hombre ha conseguido arruinar su vida, a pesar de que atravesó una crisis muy delicada tras su última ruptura importante.
Lo mejor que hizo fue centrarse en su carrera periodística porque “coincidí con gente que no tiene nada que ver con tu mundo. En mi familia no había periodistas, eran marqueses por parte de madre y condes por parte de padre, la sangre azul”.