La Guardia Civil de Canarias ha detenido a Carlos Algora, concursante de La Isla de las Tentaciones 3. Está acusado de haber forzado sexualmente a una joven. La policía le acusa de haber abusado de ella en grupo, aprovechando que estaba bajo los efectos del alcohol.
El diario El Confidencial avanza que dos amigos de la joven han sido detenidos en Madrid, y que están investigados junto al participante del reality que emite Telecinco. Los hechos sucedieron el pasado 13 de febrero en una fiesta ilegal en Colmenarejo. El joven sevillano concursante del programa de máxima audiencia es uno de los tentadores, y ha protagonizados escenas de alto voltage con Lola, pareja de Diego, con la que mantiene un idilio apasionado.
Su arresto se ha producido durante un viaje de ocio al archipiélago en el que iba acompañado de otros concursantes, también tentadores, y del que compartía casi en directo a través de las historias de Instagram. Mientras era detenido el concursante, efectivos de la Guardia Civil de Tres Cantos, en Madrid, detenían a dos hombres más. A los tres se les investiga por un supuso abuso sexual en grupo a una joven francesa.
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Los hechos ocurrieron el 13 de febrero en una fiesta ilegal en la localidad madrileña de Colmenarejo. A pesar de que el programa se está emitiendo ahora mismo, Carlos acabó la grabación y su participación en el mismo hace unos meses, y la ni la productora ni la cadena mantienen ninguna relación con él. Su acto delictivo se limita pueda al ámbito privado y no afectaría a Telecinco.
Se les imputa un delito de abuso sexual y no de agresión porque los tres detenidos no habrían ejercido ni violencia ni intimidación contra la víctima. Según las primeras hipótesis, se habrían aprovechado del estado de alcoholemia de la chica para mantener relaciones sexuales con ella. La denunciante ha contado a su entorno que pudo ser drogada con burundanga, una droga que anula la voluntad de la víctima.
La chica solo tiene breves flashes pero no una secuencia nítida. Aun así recuerda varios hombres aprovechándose sexualmente de ella al mismo tiempo y sin su consentimientos. También ha explicado a su círculo cercano que se negó en dos ocasiones y que aun así siguieron abusando de ella. Será difícil demostrarlo, porque la burundanga desaparece rápido del cuerpo y ella tardó unas horas en denunciar. Pero de momento, los presuntos autores del delito ya están detenidos y la investigación sigue en curso.
Cómo sucedieron los hechos
Los hechos por lo que ha sido detenido Carlos Algora tuvieron lugar el sábado, 13 de febrero. La denunciante y una amiga, que también es amiga de Carlos, fueron invitadas a una fiesta ilegal con mucha gente. La primera parada fue la discoteca Tiffanys, donde conocieron a un grupo de sevillanos que habían acudido al evento coordinario por el propio Carlos Algora.
Los jóvenes tenían ganas de más pero se acercaba el toque de queda, así que decidieron seguir con la fiesta en un chalet de Colmenarejo, a 37 kilómetros de Madrid capital. La casa la había alquilado Carlos con antelación, y había contratado a chicas de imagen para animar el cotarro. No faltaba de nada: alcohol, luces e incluso un DJ. Algunas chicas que estuvieron allí aseguran que se ofrecía droga gratis.
Entre las sustancias que se podía consumir había, por ejemplo, popper, un famoso piscotrópico que aumenta el apetito sexual. En un momento dado de la noche, Carlos y dos hombres más subieron a una habitación en la planta de arriba, acompañados por dos chicas. Una de ellas era la amiga española de Carlos, que accedió de forma voluntaria a mantener relaciones sexuales con los tres a la vez, según ha reconocido.
Su amiga, de nacionalidad francesa, asegura que se negó a tener relaciones sexuales pero los tres hombres abusaron de ella. Pocos después, la Guardia Civil acudió al lugar tras el aviso del propietario de la casa, que aseguraba estar viendo multitud de personas a través de las cámaras de seguridad. La policía disolvió la fiesta ilegal, pero en aquellos momentos la chica no dijo nada.
Cree que pudo haber sido drogada
La joven asegura que no denunció porque sufría un vacío mental que le impedía recordar lo sucedido. Dice que tenía la sensación de que había sucedido algo extraño, en contra de su voluntad. Unas horas después su mente se despejó y pudo recordar que varios hombres habían abusado de ella. Fue entonces cuando decidió denunciar.
Por la forma como se desarrollaron los hechos, la chica cree que pudo haber sido drogada de forma intencionada para anular su voluntad. Enseguida le vino a la cabeza la posibilidad de que pudiera haber sido drogada con burundanga, una substancia que anula la voluntad de la persona y que además el cuerpo expulsa rápidamente sin dejar apenas rastro.