Hace dos días recibieron sepultura en el cementerio de Utrera, en Sevilla, los dos curas Michel Thomas, de 87 años, y Franz Tappeiner, de 79. Ambos pertenecen a la Iglesia Palmariana, una escisión de la Iglesia Católica considerada como una secta religiosa. Con sus muertes son ya cuatro las que afectan a un brote en esta comunidad, con 61 contagiados.
El brote ha sido fulminante. El primero de los fallecidos fue el sacerdote palmariano Modesto Romero, de 65 años, que fue enterrado el pasado jueves en el cementerio de Utrera. A su funeral acudieron unas veinte personas. Tres días después fue enterrada Ana Gladys, una monja colombiana perteneciente a la misma comunidad religiosa.
El entierro de Gladys fue un poco más discreto, pero luego vinieron las muertes de Michel y Franz. Los cuatro compartían residencia en la Iglesia Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz, en el municipio de El Palmar de Troya. La comunidad religiosa fue fundada en 1975, y en 2018 la localidad se independizó de Utrera.
La iglesia del Palmar de Troya está protegida por gruesos muros de una gran altura y vigilada por cámaras de seguridad. En ese fortín ha tenido lugar un brote de coronavirus que se ha llevado por delante, de momento, a tres sacerdotes y una monja. Con estas muertes, El Palmar de Troya suma cinco fallecimientos por Covid-19.
La Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía ha confirmado que hay al menos 61 residentes contagiados, y des del domingo está prohibido entrar o salir del recinto. Mientras, en el resto del municipio crece la preocupación por la propagación del virus: 73 de los 78 casos, de un total de 2.300 habitantes, se han registrado en los últimos días.
Esto significa una incidencia acumulada de 3.333 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, 13 veces más que lo que se considera riesgo extremo. Como medida de prevención, las autoridades han decretado el cierre perimetral de la localidad y solo pueden abrir los negocios de actividades esenciales, como colegios, farmacias, tiendas de alimentación y estaciones de servicio.
El origen del brote
El alcalde de El Palmar asegura que la mayoría de los contagiados del pueblo están dentro de la iglesia, y que el suyo es «muy cumplidor por lo general». Desde el ayuntamiento señalan como origen del brote una visita multitudinaria de fieles de otros países en la semana de Navidad, en torno al 22 de diciembre.
Según el consistorio, «vinieron alemanes y británicos en coche sin que se les hiciera una PCR al llegar, y tras aquella visita, a principios de enero empezaron a crecer los casos en los registros oficiales». También apuntan que esta última semana es cuando se han producido las muertes de los cuatro religiosos.
Un mundo diferente
Esto coincide con el tiempo medio de contagio, desarrollo de la enfermedad y fallecimiento por coronavirus. Por eso, las autoridades confían en que el próximo lunes, dos semanas después del confinamiento selectivo en la iglesia, las cifras empiecen a bajar. La Junta de Andalucía decidirá entonces si relaja las restricciones impuestas en el municipio.
Por ahora, la iglesia sigue convertida en un fortín y nadie sabe lo que pasa ahí dentro. Juan Carlos González, el alcalde, lo explica así: «No sabemos qué tal están el resto de contagiados, aunque las autoridades sanitarias provinciales nos informas de que muchos son asintomáticos. Si necesitan ayuda, saben que la tienen como cualquier otro vecino, pero nadie ha llamado para pedírnosla, ese es un mundo diferente».
¿Escisión o secta?
La historia de la iglesia palmariana tiene su origen en el 30 de marzo de 1968, cuando cuatro niñas de 12 y 13 años, aseguraron haber visto a la Virgen María en la finca de La Alcaparrosa, a un kilómetro del Palmar. Siete años después, una supuesta aparición de Jesucristo llevó a la construcción de un santuario en aquel lugar, y se fundó la iglesia.
Esta nueva Iglesia ha tenido cuatro papas. Uno de ellos fue Ginés Jesús Hernández, el papa Gregorio XVIII, que abandonó la congregación para casarse con una mujer. Asegura que perdió la fe y se sintió engañado: «Todo resultó ser un montaje». En 2018 fue apuñalado mientras intentaba entrar en la basílica, y en 2019 fue condenado a seis años de prisión.
Muchos expertos consideran que la supuesta escisión es en realidad una secta religiosa con ánimo de lucro. En 2016 el programa de La Sexta «Equipo de Investigación», se metió en las entrañas de la comunidad para destapar los escándalos y casos de corrupción. El programa contó con testimonios de ex obispos y miembros de la entidad, que contaron el peligro que corren los hijos de los devotos al estricto régimen palmariano. La fiscalía investigó a la orden por absentismo, censura de material didáctico y aislamiento de los menores.