Hasta el momento, las bandas de música únicamente entraban en First Dates para promocionar su música y amenizarle la cena a los comensales, sin embargo, esta semana el bajista de Taburete, Daniel Guadaño, acudía a First Dates para algo muy diferente: encontrar el amor.
El bajista acudía al programa dispuesto a encontrar el amor tras más de seis años soltero. Guadaño, no dudaba en comentarle a Sobera sus problemas para encontrar el amor asegurando que durante toda su vida había estado priorizando la música sobre sus parejas, algo que le había costado muchas novias. «Te planteas si ligas porque eres de Taburete o si es por quien eres», confesaba.
Animado por su inseparable amigo, Willy Bárcenas, el bajista no dudaba en asegurar que «nunca se sabe dónde puede encontrar uno el amor» después de que Sobera le dijese un par de piropos que el joven recibía con una tímida sonrisa. Después de que Guadaño confesase que había sido Willy el que le había convencido para acudir al programa a buscar pareja, Sobera no dudaba en llamarlo.
El vocalista de Taburete no dudaba en hacer público lo enamorado que estaba y aseguraba querer para su amigo exactamente lo mismo.
Los requisitos de Guadaño
Tras una breve introducción en la que por un momento Willy era le principal protagonista, Daniel confesaba como le gustaría que fuese su cita. «Me gusta que le guste la música y que me entienda», aseguraba.
Tras estos requisitos, el programa no dudó en presentarle a Sandra, una joven de 24 años que jamás había oído hablar de Taburete, algo que sin duda no le desagradó del todo al bajista, que temía que lo quisiese únicamente por pertenecer a una banda de éxito.
«Miraré quién es Taburete», sentenciaba ella antes de que se produjese un incómodo silencio. Pese a no tener los mismos gustos musicales, ya que a ella le gustaba el reggaeton, el bajista de Taburete salió de lo más ilusionado de la cita, llegando incluso a llamar a Willy para decirle que la chica «era monísima» y que le gustaba mucho pese a sus gustos musicales.
Tras la cena, tal y como es habitual en el programa, la pareja se sentaba frente a la cámara para decidir si querían tener una segunda cita o no. Mientras el bajista aseguraba que quería volver a verla porque se lo había pasado muy bien, la comensal decidía declinar la invitación: «No tendría una segunda cita con Daniel».