Uno de los momentos más esperados del documental, era aquel en el que Rocío Carrasco por fin hablase acerca del distanciamiento con su familia materna. Durante años, se ha achacado esta ruptura con la herencia de Rocío Jurado. Sin embargo, Rociíto ya especificó en su momento que su madre se había acordado de todos. Y que si a sus hijos no les había dejado nada, sus motivos tendría.
El hecho se remonta al 25 de junio de 2006, cuando Ana, la albacea de La jurado reunió a todos los implicados en la casa de La Moraleja. «Nos llama a todos y nos dice que estemos en casa de mi madre. Y fuimos mi tía Gloria y su marido, Amador y su mujer, Ortega Cano, la albacea y yo. Estábamos los que teníamos que estar. Bueno... tampoco los que tenían que estar», especificaba lanzando algún dardo envenenado.
Ahora, ya sabemos que se trata del marido de Gloria Mohedano, José Antonio, al que Rociíto no perdona las palabras que dijo en su contra en televisión. El apoyo a Antonio David parece ser el principal motivo por el que Carrasco ya no quiere saber nada de esa parte de esa familia, ya que según alega, «no puedo estar cerca de nadie que se relacione con una persona que me ha querido meter a la cárcel».
Sin embargo, parece que sus hijos si que siguieron en contacto con su familia materna. «Los Mohedano han tenido, que yo sepa, contacto con los niños mucho después de que ocurriera todo esto. Creo que lo que han hecho ha sido apostar por lo que ellos consideraban el caballo ganador y ellos eran cómplices».
«Porque yo, no a todos, pero sí a uno de ellos, se lo conté y luego salió en televisión jactándose y diciendo que yo lo que había hecho era contarle una historia, echar lágrimas de cocodrilo», narraba Rocío dolida con la traición. En ese momento, la entrevistadora le lanza la pregunta de si se refiere a Amador, y ella asegura que no. «No, del marido de Gloria».
Carrasco se refiere a José Antonio, quien dio unas declaraciones hace unos años en las que decía querer disculparse con Antonio David y con Rocío Flores. «Le he querido pedir perdón a Rocío Flores porque, en un momento dado, unas lágrimas me ablandaron sobre una cosa que yo dije», alegaba al respecto dando por falso el testimonio de su sobrina. «Con el tiempo me he dado cuenta que esas lágrimas fueron unas lágrimas de cocodrilo».
«Yo ya se lo he pedido personalmente y ahora se lo quiero pedir públicamente», añadía. «Y felicitarla por el padre 10 que tiene y también darle las gracias a Olga, a la que no conozco absolutamente de nada pero los sentimientos que Rocío percibe de ella es algo muy importante en la vida y que Rocío necesita», zanjaba demoledor el marido de Gloria Mohedano.
Unas palabras que Rocío no es capaz de perdonar y ante las que solo ha respondido con una frase bastante concisa. «En la conciencia de ellos se irá si han hecho o han dejado de hacer». Además, la hija de 'la más grande' ha defendido su inocencia alegando que el informe que le hicieron «no se evidencia signos de sentimiento abandono, culpabilidad, ansiedad… O aspectos que se verían en menores que llevara años viviendo con la indiferencia materna».
Sin embargo, Rocío ha declarado tajante que jamás podría mantener una relación normal de madre e hija con Rocío Flores, al menos de momento. «Muy a mi pesar, yo no puede mantener una relación con mi hija estando su padre al lado y que ha intentado meterme en la cárcel. Ya no es que me haya pegado una paliza, es que me ha puesto una denuncia y lo ha premeditado».
Entre lágrimas, Carrasco ha remarcado que «a mí nadie me devuelve un beso o un fin de curso de mis hijos. Nadie me ha ayudado, ni la justicia ni los medios de comunicación. Todo el mundo le ha creído a él y nadie le ha juzgado nada. Yo no he hablado para que mis hijos tuvieran intacta la figura de su padre. Lo hago ahora, cuando una tiene 24 y el otro tiene 22», ha rematado.