La custodia compartida de los hijos de Rocío Carrasco y Antonio David Flores hizo guas desde los inicios. La mala relación entre los padres y el presunto dominio de Flores hacia sus hijos hacia que cada vez fuese más grande la brecha que se abría entre los niños y su madre. De hecho, esta asegura que cada vez que los niños volvían a su casa de estar con su padre, les costaba varios días hacerlos recuperar las rutinas que ya habían perdido como el ir a dormir a la hora que quisiesen y hábitos que solamente se corresponden a una vida desordenada y de consentimientos, que seguramente usaba el ex colaborador de 'Sálvame' para ponerse a sus hijos en el bolsillo y por contra, alejarlos cada vez más de su madre.
En ese momento, los niños no entendían que su madre intentase marcar unas normas pues eran muy pequeños como para entender esta disciplina y les parecía mucho más atractiva la vida que les daba su padre, plagada de regalos y consentimientos. Estos menores poco a poco fueron creciendo y la hija mayor, Rocío Flores cada vez empezó a mostrar una actitud más rebelde hacia su madre, hasta que logró crear un temor tremendo en Rocío Carrasco y que ha llegado a asegurar que temía a los lunes en los que sus hijos regresaban a su casa.
Esta llegada, que estaba cargada de insultos y amenazas por parte de Rocío Flores hacia su madre, eran tremendos no solamente por esto. Carrasco asegura que ella siempre llevaba a sus hijos limpios, impolutos y de foto, algo que se perdía cuando los niños se iban a casa de su padre y que regresaban a casa en unas condiciones deplorables y que demostraban que no se les había dado el trato más acertado. Para ejemplificar esto, Rocío Carrasco ha contado que su hija utilizaba ropa de mujer adulta y que no era para nada adapta a su edad. Esta ropa se la compraba la mujer de su padre, Olga Moreno y que se escudaba ante la niña diciendo que su madre era muy mala por no dejarla usar estas prendas. De mientras ella, le compraba siete u ocho prendas más para demostrarle que ella era la madre soñada.
Esto no ha sido todo, la madre de estos niños ha relatado que cada vez que sus hijos llegaban a su casa de estar con el padre, estos aparecían plagados de piojos. Piojos que se multiplicaban por decenas y que la llevaron a visitar una farmacia con urgencia para hacerse con varias lociones para eliminar esta plaga de bichos de las cabezas de sus hijos.
La surrealista escena en el hospital
Hoy hemos descubierto que Rocío Carrasco descubrió en una llamada casual que su hijo se encontraba ingresado en un hospital de Málaga y debida la urgencia, se desplazó hasta allí y sin demasiadas más opciones tuvo que encontrarse cara a cara con Antonio David Flores y su mujer Olga Moreno. En ese momento, Carrasco le dijo a Olga que fuesen con cuidado por qué los niños volvían a casa siempre cargados de piojos.
Esto molestó mucho a Olga y que lo negaba, sin ser consciente y siempre según el testimonio de Rocío Carrasco, que en ese momento estaban pasando tres piojos por encima de la almohada de la cama hospitalaria. En ese momento, Olga y Antonio David empezaron a examinarse las cabezas y descubrieron que era cierto y que también tenían ejemplares de estos diminutos insectos.
Carrasco asegura que las primeras veces le daba vergüenza ir a la farmacia a comprar la loción para eliminar los piojos, pero que con el tiempo se fue acostumbrando y se hizo una rutina habitual el ir a visitar la farmacia para comprar este producto que tenía que aplicar a sus hijos cada vez que estos regresaban de la casa de su padre.