Es probablemente la noticia de la semana en el mundo del corazón: Anne Igartiburu se separa, un notición que ha pillado a muchos por sorpresa.
La presentadora llevaba 5 años casada con el director de orquesta Pablo Heras-Casado, y tienen un hijo en común, que nació en 2016. La noticia la daba este miércoles la revista ‘Lecturas’, y la propia presentadora ha sido la encargada de corroborarla pronunciando sus primeras palabras al respecto: «Poco más tengo que añadir. Efectivamente, nos hemos separado. Nos llevamos superbién, nos queremos un montón, tenemos una familia y adelante», ha asegurado la presentadora al citado medio.
Según el citado medio, Heras ya se ha mudado a otra vivienda y no reside actualmente en el domicilio familiar, donde se ha quedado Anne con sus tres hijos. El director de orquesta se ha instalado por el momento en un piso en el centro de la capital, muy cerca del Teatro Real, donde trabaja a menudo.
Cinco años de amor
El amor entre la pareja surgió en 2014, cuando Anne entrevistó al director de orquesta en la radio a raíz de un concierto de Haydn, tal y como ella misma relataba en el programa de entrevistas de Bertín Osborne: «Él dirigía el concierto para chelo de Haydn, que fue el primer disco que me regalaron mis padres con un año, y entre Haydn, la música clásica, el auditorio… pum… caímos rendidos… más o menos…».
Se unieron en matrimonio en una ceremonia civil el 24 de septiembre de 2015 en Elorrio, Vizcaya, el pueblo natal de Igartiburu, y medio año después la presentadora daba a luz a los 47 años a su único hijo en común, Nicolás, su único hijo biológico. Alguna vez se refirió a la edad avanzada en la que había decidido convertirse en madre biológica: «Yo creo que no es la edad más adecuada. En mi caso ha surgido así porque es un proyecto de pareja y hasta que no he tenido una pareja con la que compartirlo tampoco he podido y no he debido y por eso he pensado que había otras formas de ser madre».
La pareja tuvo que pasar el confinamiento por separado por cuestiones laborales, tal y como ella misma relató en su momento. «Pablo está en Granada y yo aquí en Madrid. Así nos ha pillado. Hago encuentros con personas que aportan ideas en el área del trabajo emocional y personal. Al compartir experiencias surgen cosas muy interesantes. Con mis hijos hacemos juegos, lecturas, gincanas y postres con sorpresa. El tiempo que me queda libre aprendo a tocar el violonchelo», afirmaba.
Su segundo divorcio
Este no es el primer divorcio por le que pasa la presentadora de TVE, que anteriormente también estuvo casada con el bailarín Igor Yebra, al que conocía de pequeña y con quien se casó en 2004 tras 3 años de noviazgo. Fue durante ese matrimonio que la presentadora adoptó a su primera hija, una niña india a la que llamó Noa. Sin embargo, dos años después de su boda la pareja se separaba debido fundamentalmente al distanciamiento que vivían debido a los continuos viajes que él realizaba por motivos laborales.
Posteriormente tuvo varias relaciones sentimentales, algunas con hombres muy conocidos como Álvaro Fuster, íntimo amigo del rey Felipe VI o con el empresario Daniel Alcázar, las cuales no llegaron a buen puerto.
Antes de volverse a casar y convertirse en madre biológica, adoptó otra niña en Vietnam a la que llamó Carmen y también fue madre de acogida de una niña india: «Soy madre monoparental. Es algo que podemos hacer hombres y mujeres. Al no tener clara una decisión con nadie, decidí hacerlo sola», explicó en su día.