El caso del secuestro en Tenerife de las niñas Anna y Olivia a manos de su padre, Tomás Gimeno, sigue generando expectación. La última pista la ha dado Ana Rosa Quintana en su programa matinal, en Telecinco: según el programa, Tomás mandó un último mensaje de despedida a una pareja suya, y hablaba siempre en primera persona.
Esto es relevante, porque hasta ahora había trascendido que el hombre se comunicó con su ex mujer para decirle que cuidaría de las niñas. Esto mantenía viva la esperanza de volver a ver a las niñas con vida, y desde un primer momento, Beatriz, la madre, transmitió su confianza en que las pequeñas estaban bien junto a su padre.
Pero según lo que ha revelado hoy «El Programa de Ana Rosa», en ese mensaje de despedida Tomás solo hablaba de él mismo: «Voy a estar bien, voy a estar donde siempre he querido» Esto supone un giro de guión que preocupa tanto a investigadores como a familiares, y que abre la posibilidad de que haya ocurrido algo a las niñas. Ya han pasado 15 días desde la desaparición, y de momento ni rastro de ellas.
Según han revelado en el programa, ese mensaje lo mandó Tomás a su pareja, que ya ha sido investigada por la policía pero que no tuvo nada que ver con el secuestro. Tanto en ese mensaje, como en el que manda a su padre, Tomás solo habla de sí mismo, y esto para los investigadores es un detalle preocupante.
Las nuevas pistas ofrecidas por Ana Rosa Quintana se centran en lo que pasó entre las 19.30 y las 21.00 horas del martes, 27 de abril. Aún no se sabe con exactitud qué hizo Tomás en esta franja horaria, antes de desaparecer con las niñas, pero según ha revelado el programa de Ana Rosa, volvió a casa de sus padres para dejar al perro.
Ha sido una de las reporteras del programa quien ha informado que en algún momento dado Tomás volvió una vez más a casa de sus padres para dejar allí a su perro. «Fueron sus propios padres quienes lo encontraron ahí, se ve que abrió la valla y dejó a su mascota para asegurarse que se quedaba al cuidado de alguien».
Tratando de reconstruir sus últimas horas
Habrá que ver hasta qué punto ese detalle es trascendental para la investigación, pero por ahora cualquier pista, por pequeña que parezca, supone mucho para los investigadores. Desde un primer momento, las esperanzas de dar con el paradero de las niñas pasa por reconstruir las últimas horas de Tomás, desde que recoge a las niñas hasta que desaparece. Las cámaras del puerto y los testigos han ayudado a seguir el rastro con bastante precisión, aunque quedan aún algunas lagunas.
Desde que las niñas desaparecieron quedan abiertas tres posibilidades: que aparezcan vivas, que las encuentren sin vida, o que no aparezcan nunca. Sigue habiendo muchas esperanzas de hallarlas con vida, y la investigación se centra en el rastreo de las embarcaciones que salieron de Canarias aquellos días, en los testigos que puedan aportar información, y en el dispositivo de búsqueda en tierra firme y en el fondo marino.
Mantienen la esperanza de verlas con vida
Tomás desapareció con sus hijas el 27 de abril, después de recogerlas para pasar unas horas con ellas. Se ha sabido que el hombre odiaba a la pareja de su madre Beatriz, y que no quería que sus hijas vivieran con él. Eso habría motivado el secuestro, que habría planeado con antelación para seguramente irse a vivir a otro país con ellas. No se descarta ninguna hipótesis, pero hasta ahora gana peso la teoría de que habría escapado, con ayuda de alguien, hacia Àfrica o Sudamérica.
Mientras, Beatriz ha difundido imágenes de la pequeña y del propio Tomás Gimeno para pedir ayuda ciudadana. Sigue manteniendo la confianza en que las niñas están vivas y en buen estado, y ha agradecido todo el apoyo que está recibiendo de la sociedad. El tiempo pasa, y cualquier pista, por pequeña que sea, puede ayudar a resolver el caso y a devolver a las niñas con su madre.