Sin lugar a dudas, uno de los actores españoles de moda es Miguel Herrán. Y lo es por sus papeles en dos series de éxito internacional: 'Élite' y 'La casa de papel'. Y precisamente por ese motivo todo lo que gira en torno a él despierta un gran interés.
De ahí que ahora se haya convertido en noticia. Lo ha hecho porque ha realizado unas declaraciones muy sorprendentes en las que ha desvelado detalles muy íntimos. Entre ellos que tiene un grave trastorno obsesivo: vigorexia.
Miguel se sincera
En la publicación 'Icon' es donde el citado actor se ha abierto 'en canal' y sin tapujos para los lectores. Por ejemplo, ha dado a conocer que, aunque la gente piense que tiene una vida perfecta, no es así: «He notado que la gente piensa que mi vida es la polla, que me he follado a Ester Expósito y a Úrsula Corberó y que no me puedo quejar».
Y a todo eso ha añadido: «El dinero no me ha hecho feliz, me ha quitado bastante felicidad y me ha dado más preocupaciones que cuando no lo tenía. Me ha hecho más ambicioso. El dinero me ha ensuciado como persona, no lo valoro».
De la misma manera, Miguel Herrán no ha dudado en dar más detalles de su vida. Así, ha reconocido que antes de comenzar a trabajar en las dos citadas series tuvo un pasado conflictivo: «Era un verdadero hijo de puta. Tuve una manera de ser bastante cabrona y de momento tengo miedo a contarlo porque hice cosas de las que no me siento orgulloso». Es más, ha manifestado que «no quería ni estudiar ni trabajar».
En ese alarde de sinceridad, el joven ha expuesto que, sin embargo, todo cambió cuando Daniel Guzmán se cruzó en su camino. Y es que, sin ninguna pretensión, realizó un casting que le llevó a protagonizar una película de aquel.
La confesión más dura
Quizás el momento más duro de la mencionada entrevista ha llegado cuando ha reconocido que tiene problemas de vigorexia. Esta, como sabrás, es un trastorno dismórfico corporal que lleva a quien lo sufre a obsesionarse con sus imperfecciones. Es más, empieza a desarrollar una dieta y actividades en pro de aumentar su masa muscular.
Así, Miguel ha expuesto que «tengo una obsesión, pero tampoco soy gilipollas. Ha habido épocas en las que no lo he podido controlar».
En ese sentido, ha expuesto que «en 'La casa de papel' llegó un momento en el que si me agachaba me reventaba el mono. Me pidieron que parase y yo les decía que vale, pero no paraba. Cuando me decían que estaba más grande yo les respondía que era percepción suya».
Asimismo, ha venido a indicar que incluso ahora «tengo espejos en los que me he prohibido mirarme con ciertas luces. Y es que sé que me voy a obsesionar».
De esta manera, el actor ha venido a dejar claro que incluso las estrellas también tienen problemas. Que sus vidas no son perfectas y que tienen que lidiar con sus fantasmas personales.