El uso de la mascarilla en los transportes públicos se ha convertido en los últimos meses en fuente de polémicas. Son muchos los usuarios que cada día usan las redes de transporte para moverse por la ciudad y es de vital importancia hacer un buen uso de las medidas de seguridad. Pero en ocasiones hay una parte de la población que desoye estas recomendaciones y se suben al metro o autobús sin la mascarilla o llevándola mal puesta.
Desde que se convirtió en obligatoria hace meses, los vigilantes de seguridad del transporte público, concretamente del metro, han velado porque se cumpla la norma. Sin embargo en ocasiones sus formas no han sido nada correctas. Como el caso de lo ocurrido en la Línea 9 del Metro de Madrid.
Un usuario del metro denunciaba en las redes sociales el mal comportamiento que uno de los vigilantes ha tenido con él a quien ha llegado a amenazar. Todo ocurrió en la tarde del pasado miércoles, 12 de noviembre, y el vídeo ya acumula más de 62.000 visualizaciones.
La amenazante actitud de un vigilante de seguridad en el Metro de Madrid
Ismael, un joven usuario del transporte público de la Comunidad de Madrid, decidió grabar con su móvil cómo el vigilante de seguridad empezaba a increparlo. «¡No se pone la mascarilla!, ¡ponte la mascarilla!» le increpa el trabajador mientras graba con su móvil al joven.
Se desconoce si Ismael entró en el suburbano sin la mascarilla, pero en un momento dado, el joven —que también estaba grabando al vigilante— se enfoca a sí mismo y se le puede ver con una mascarilla quirúrgica puesta. «¡Ponte la mascarilla tú, racista!» le contesta Ismael que denuncia al empleado por haber estado siguiéndole por la estación.
Cansado de la actitud del trabajador, el joven le grita: «¡Vete a tomar por cu*! que no paras de seguirme». Pero el vigilante sigue acosando a Ismael por toda la estación hasta el punto de llegar a agredirle. Con actitud burlona y desafiante, se encara una y otra vez contra el joven usuario mientras este pide que le deje en paz.
Consciente de que está siendo grabado, todavía se envalentona más y continúa metiéndose con el chaval: «¡Mira soy yo tío, ¿lo ves?, ¿se lo vas a enseñar a tu papá?» le pregunta en tono burlón mientras se baja la mascarilla y enseña su rostro, cayendo él mismo en el incumplimiento de la normativa contra el Covid-19 que estaba echando en cara a Ismael.
«¡Niñato! ¡Vete con tu mami a mamarle la tetita!» continúa increpando el vigilante de seguridad mientras le llama «niñato» y hace el gesto como de llorar. Ismael no da crédito a lo que está viviendo y exclama: «Está mal de la cabeza».
Metro de Madrid toma cartas en el asunto
El vídeo ha corrido como la pólvora por las redes sociales y como consecuencia de lo ocurrido, el Metro de Madrid ha decidido contestar mediante las redes sociales. «Gracias por contarnos, ya estamos investigando lo sucedido» publicaba el suburbano. El vigilante de seguridad pertenece a la empresa Segurisa y su función es «velar por el cumplimiento de las normas en el interior del suburbano y pueden impedir el paso de los usuarios si no llevan puestas las mascarillas».
Pero la actitud de este trabajador se excede de sus funciones. A pesar de no saber si ha habido algún tipo de provocación previa, lo cierto es que su comportamiento amenazante ha terminado por apartarle de sus funciones. «El enfrenamiento va en aumento y se aprecia un comportamiento muy poco profesional y desafortunado del vigilante hacia el chico en cuestión» se afirma en un comunicado que ha hecho público la asociación de profesionales de la seguridad privada en España (ASERPRI) criticando lo ocurrido.
«Se aprecia un comportamiento reprobable y nada apropiado e incluso en algunos momentos muy irrespetuoso y maleducado para lo que se espera de un profesional que está para proporcionar la seguridad a las personas, con lo cual debe en todo momento dar ejemplo de conducta» continúa exponiendo el texto donde los más de 80.000 trabajadores de seguridad que cuenta la asociación muestran su malestar.
No desean que, por culpa de un trabajador, todos los vigilantes de seguridad sean calificados por igual pues «la inmensa mayoría realizan correctamente su trabajo, con un comportamiento ejemplar, respetuoso y afán de ayudar a los demás».