La pandemia de Covid-19 podría convertirse, de forma casi fortuita, en la solución a algunos de los principales problemas de salud a los que se enfrenta la humanidad en la actualidad, tal como ha publicado la revista científica 'Nano Letters' recientemente.
Para frenar al coronavirus, diversos laboratorios y multinacionales farmacéuticas del mundo trabajaron contra reloj para encontrar una vacuna que consiguiese inmunizar a la población.
En mitad de una pandemia mundial con la afectación que estaba teniendo, ya no solo en términos de salud, sino también en la economía de todo el planeta, la prioridad era encontrar esa vacuna, por lo que se trabajó incluso con métodos no utilizados hasta ahora para este objetivo.
Ese fue el caso de las vacunas de ARN mensajero, un método para la fabricación de vacunas que sí se había estudiado, pero que hasta ahora no había producido vacunas de un uso tan masivo como las del Covid-19.
Tanto Moderna como Pfizer proporcionan actualmente millones de dosis de vacunas contra el Covid-19 con este nuevo sistema, y curiosamente, son las vacunas más eficaces del mercado, con más del 95% de eficacia en proteger al paciente.
Este nuevo tipo de vacunas podría suponer un antes y un después en el control de la humanidad de las enfermedades, porque ya se ha empezado a probar en enfermedades como el cáncer, una de las principales causas de muerte natural en el mundo; o con el VIH, causante de la principal pandemia de finales del siglo pasado.
La revista 'Nano Letters' se ha hecho eco de un estudio que está analizando el posible uso de las vacunas de ARNm en el tratamiento del cáncer, y los resultados son de lo más alentadores, ya que habrían conseguido reducir tumores en ratones y, además, evitar la metástasis, que es la principal causa de la muerte por cáncer.
Científicos del Centro Nacional de Nanociencia y Tecnología de China creen que este tipo de vacunas son un candidato prometedor en la inmunoterapia contra el cáncer, porque tienen la capacidad de codificar antígenos asociados a tumores, aunque la inestabilidad del ARN y la eficiencia de traducción de esos códigos de antígenos son el principal problema que hay que solventar.
Una herramienta eficaz y duradera
De momento, han elaborado un hidrogel inyectable formado con óxido de grafeno y polietilenimina, un gel que puede generar nanovacunas durante al menos 30 días después de que se inyecte a través de la piel. Con esto, las nanovacunas protegerían el ARNm de la vacuna, que podría llegar a los ganglios linfáticos.
«Los datos muestran que este hidrogel transformable puede aumentar significativamente el número de antígenos específico CD8 y células T para posteriormente inhibir el crecimiento tumoral con un solo tratamiento. Este hidrogel puede generar un anticuerpo específico de antígeno en el suero que a su vez previene la aparición de metástasis», explican los autores del estudio.
Según explican, el gel se inyectó debajo de la piel de ratones con melanoma. Los que no recibieron esta inyección desarrollaron metástasis, es decir, el cáncer se reprodujo en otros órganos del cuerpo; mientras que los que recibieron la inyección no la desarrollaron.
Es más, los que sí recibieron el gel incluso mostraron como sus tumores se reducían, lo que demuestra que el hidrogel con ARN mensajero podría convertirse en una herramienta de inmunoterapia contra el cáncer. De hecho, según los autores, un solo tratamiento con el gel ya mostró ser eficaz y duradero, por lo que, de confirmarse todos estos descubrimientos, cambiaría para siempre la vida de las personas que sufren cáncer.