Johnson & Johnson, una de las farmacéuticas que ya tiene casi lista su vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2 y que podría ser aprobada próximamente para su distribución en Europa, ha afirmado que las vacunas contra el Covid-19 podrían tener que administrarse de forma anual, algo parecido a lo que ocurre con la gripe.
Así lo ha defendido el director ejecutivo de la farmacéutica, Alex Gorsky, que cree que las diferentes variantes que ya conocemos del coronavirus y las posibles mutaciones que vaya sufriendo en el futuro podrían obligan a modificar de forma constante las vacunas.
Gorsky ha explicado en una entrevista para el canal CNBC que cada vez que el virus cambia se produce «una mutación más que puede impactar en la habilidad de defenderse de los anticuerpos o tener algún tipo de respuesta diferente, no solo a un tratamiento sino también a una vacuna», por lo que cada vez que el virus muta aumenta la posibilidad de que se escape a la vacuna.
La posibilidad de que haya que cambiar las vacunas es algo que cada vez más expertos creen posible y que muchos estudios han alertado de que ocurrirá. La evolución actual de la enfermedad hace prever que pueda convertirse en un virus endémico que conviva siempre con nosotros y que tenga picos de infección, como ocurre, por ejemplo, con el virus de la gripe, que tiene mayor afectación en invierno.
Aun así, la mayoría de expertos que defienden esta hipótesis también explican que, en el caso de confirmarse este 'destino' para el SARS-CoV-2, significaría que posiblemente su virulencia también se vea muy reducida, con síntomas graves solo para grupos concretos de población, especialmente los más vulnerables, mientras el resto de la sociedad lo pasaría con pocos síntomas o de forma asintomática.
A este hecho contribuiría, además, que toda la población o gran parte de ella haya sido ya vacunada contra el coronavirus, porque aunque las futuras mutaciones puedan esquivar los anticuerpos de la vacuna, el sistema inmunológico seguirá reconociendo al virus y luchando contra él.
De producirse este escenario, Alex Gorsky cree que las vacunas deberán modificarse gradualmente para introducir los cambios necesarios para evitar que el virus esquive los anticuerpos, lo que obligaría a vacunar a la población repetidas veces, quizás hasta cada año. Por suerte, la mayoría de científicos creen que esto no supondrá un problema, porque la mayoría de las vacunas que se están produciendo son de fácil adaptación a las nuevas variantes.
Johnson & Johnson, la más esperada para acelerar la vacunación
La vacuna de Johnson & Johnson podría ser aprobada para su administración en los Estados Unidos en los próximos días, y es una de las más esperadas por las autoridades, porque a diferencia de las de Pfizer y Moderna, solo se necesitaría una sola dosis para inmunizar a la población.
Este hecho diferencial podría hacer que el proceso de vacunación fuese mucho más rápido, una de las razones por la que también es una de las vacunas más prometedoras en Europa. Está previsto que se apruebe su distribución en Europa el próximo mes de marzo, sumándose a las otras dos vacunas de ARN mensajero y a la de AstraZeneca, que ya se administran en el continente.
Otra de las particularidades de la vacuna de Johnson & Johnson y que puede ayudar mucho en la vacunación es que se puede almacenar de forma fácil, a unos -20 ºC y durante dos años. Además, en una nevera estándar, puede estar almacenada hasta tres meses entre 2,2 y 7,7 grados centígrados.
En comparación, la vacuna de Pfizer necesita una temperatura de entre -60 ºC y -80 ºC para ser almacenada, mientras que la de Moderna necesita que esté entre -25 ºC y -15 ºC.
La UE tiene pactada una compra de 200 millones de dosis de esta vacuna, lo que se traduciría en 20 millones de dosis para España. Teniendo en cuenta que solo se necesita una dosis para la inmunización, con esta vacuna se podría vacunar casi a la mitad de la población española en un tiempo récord.