La pandemia de coronavirus ha cambiado la vida tal y como la conocíamos, aunque últimamente parece que ya nos hemos acostumbrado a esta nueva forma de vida que incluye restricciones y medidas sanitarias en nuestro día a día.
Pero aunque nos hemos 'acostumbrado', diariamente siguen muriendo miles de personas por el Covid-19, y el total de fallecidos en todo el mundo ya es de 2.583.604 personas. Más de dos millones y medio de vidas perdidas por una enfermedad que sigue campando a sus anchas por el mundo, a pesar de las medidas y de las vacunas que ya están empezando a llegar.
Una de esas víctimas fue Charles Torres, un hombre que se aleja mucho del grupo de personas más vulnerables a la enfermedad: las personas mayores de 65 años. Charley, como le conocían amigos y familiares, tenía solamente 35 años cuando enfermó, y lamentablemente pasó a engrosar la lista de muertes de los Estados Unidos, que asciende ya a 533.641 fallecidos.
Charley estuvo un mes hospitalizado hasta que perdió su vida, pero antes logró mandar un último mensaje a su esposa y sus siete hijos, de quien logró despedirse a pesar de sus dificultades para respirar. Medios locales de Estados Unidos han informado que, cuando dio positivo por Covid-19, Charles pensó que iba a superar el virus.
Nada hacía pensar lo contrario, ya que se trataba de un hombre muy joven y que tenía buen estado de salud. De hecho, era un hombre atlético y con buena preparación física, ya que era voluntario del Departamento de Bomberos de Manvel, en Texas, y también era especialista en Asistencia por Desastre de la FEMA, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de los Estados Unidos. Pero Charley tenía una patología que se lo complicó todo. Hacía un tiempo que le diagnosticaron pancreatitis.
Lo peor de la situación es que Charley acabó muriendo en el hospital, después de un mes ingresado, el pasado 14 de febrero, Día de San Valentín, y sin poder besar por última vez a su mujer, Ana Orozco. Ella también creía que iba a superar la enfermedad, aunque la preocupación la mantuvo en vilo mucho tiempo: «Yo estaba muy preocupada, todos me decían que me mantuviera fuerte y que iba a estar bien, que regresaría a casa porque era joven».
Charles grabó un vídeo para su mujer y sus hijos
Ana explicó para 'Univisión' como fue su experiencia y el mal momento que pasó cuando le llamaron desde el hospital: «Me decía a mi misma que tenía que seguir positiva y así lo hice hasta el domingo en la madrugada, cuando me dijeron que tenía que ir al hospital para despedirme de él. Solté el teléfono y me rehusé a aceptar lo que había escuchado. Mi esposo es mi todo».
Cuando llegó, los médicos no permitieron que se acercase a su marido para despedirse, y eso fue lo más doloroso que ha vivido Ana. Poder verle, saber que se estaba muriendo y no poder besarle por última vez. «Dio su último aliento a las 4:19 am, yo lloré muy fuerte y me dolió mucho no besarlo por última vez. Tampoco pude abrazarlo y eso me hizo sentir peor. No estoy bien, no hablo bien, rezo el rosario por él todos los días», explica.
Por fortuna para ella y para sus hijos, podrán guardar un recuerdo de su esposo y padre para el resto de sus vidas, ya que Charley quiso grabarse en vídeo para despedirse de ellos cuando ya sabía que su final estaba cerca. Con el respirador conectado a través de su boca, Charles dijo a su familia que «les quería con todo su corazón».
Nombró a todos sus hijos: Jeanette, Janessa, Alyssa, Benito, Lizzette, Julius y Raymond, y les pidió que cuidaran de su madre. Nombró también a sus padres, a su abuelo, a su hermano y a su esposa, Ana. Se acordó de todos sus seres queridos antes de perder su vida por la enfermedad.