Buque Ángeles Alvariño con la foto de Tomás Gimeno

La teoría sobre el paradero de Tomás Gimeno dos meses y medio después

Del padre secuestrador y presunto asesino pronto no quedarán ni los huesos, dice un experto

El pasado 27 de abril, Tomás Gimeno desapareció con sus dos hijas de 1 y 6 años. Un mes y medio después, apareció el cadáver de la hermana mayor, Olivia, en el fondo del mar. Los cuerpos del bebé y del padre secuestrador nunca han aparecido.

La jueza ordenó el fin del dispositivo de búsqueda, al entender que encontrar al padre y a la hija dos meses después era ya casi imposible. Con ello se abrió la incógnita, que sigue latente a fecha de hoy: ¿Qué pasó exactamente en la costa de Tenerife el 27 de abril?

El hallazgo de Olivia y las pruebas encontradas refuerzan la principal hipótesis de la Guardia Civil. Tomás Gimeno mató a sus dos hijas la misma noche y las lastró hacia el fondo del mar. Luego se suicidó hundiéndose con un cinturón de plomo.

Pero el cuerpo de Tomás Gimeno nunca ha aparecido. Los expertos creen que la corriente se lo llevó hacia una zona más profunda y escarpada. Por eso no se ha podido declarar oficialmente su fallecimiento, y consta como desaparecido. 

'Es todo hueso, pronto ni eso'

Sobre él sigue pesando una orden de búsqueda internacional, aunque los investigadores no creen que vayan a encontrarlo. Juan Ortega, jefe de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS), asegura que Tomás Gimeno es ahora un esqueleto: “Todo hueso”.

“Como todo cuerpo, al fallecer se produce la acción bacteriológica interna y se empieza a descomponer internamente”, explica el experto. En su opinión, “muy posiblemente hace tiempo que está limpio y en los huesos”.

El estado del cadáver “depende mucho de factores como la temperatura del mar, que a esa profundidad puede rondar los 2 grados, y eso ralentiza un poco la descomposición”. Pero añade que “en un mes tranquilamente podría ser un esqueleto”.

El experto concluye que “ahora mismo hay huesos, pero pronto ni eso”. Y eso significa que el cuerpo de Tomás Gimeno desaparecerá para siempre. A partir de aquí, siempre quedará una pequeña duda de si el presunto parricida sigue vivo o se mató.

La principal hipótesis dos meses después

La Guardia Civil sostiene que aquella noche drogó a sus hijas y las asfixió. Esta teoría está corroborada por los resultados de la autopsia de Olivia. Luego las ocultó en bolsas, las subió a la lancha y las hundió en el mar, a 1.000 metros de profundidad.

El cadáver de Olivia fue encontrado dentro de una bolsa atada al ancla. Al lado había otra bolsa abierta y vacía. Aunque nunca se podrá demostrar, es evidente que dentro iba Anna, y que probablemente se abrió y el cuerpo siguió las corrientes marinas.

Luego, Tomás volvió a tierra firme e hizo unas llamadas para despedirse de sus amigos y de sus padres. Acto seguido volvió a zarpar, y ahí se le perdió el rastro. Creen que se puso un cinturón de plomo para lastrarse hacia el fondo del mar, donde murió ahogado.

El operativo de rastreo localizó dos botellas de oxígeno en el fondo del mar. Comprobaron que pertenecen a Tomás Gimeno. La principal teoría es que las utilizó para aspirar el monóxido de carbono que produce una muerte rápida y sin dolor. 

A una profundidad de más de 1.000 metros, la presión es tan grande que “los gases no se manifiestan y el cuerpo no sube a la superficie”. Según el experto, en el fondo del mar “sigue la descomposición natural del organismo hasta dejarlo en los huesos”.

Las posibilidades de que siga vivo

Durante algunos días, los investigadores barajaron la posibilidad de que Tomás Gimeno siguiera vivo. Habían localizado la última señal telefónica a varios kilómetros del mar. Y la ausencia del cadáver alimentaba las sospechas sobre una posible huida.

Pero con todas las pruebas en la mano, la Guardia Civil descarta completamente esta posibilidad. El hallazgo de las botellas de oxígeno en el fondo del mar desmuestran que se suicidó. Si el cuerpo no aparece, en dos años constará oficialmente como fallecido.

Pero además, hay otra razón de peso para pensar que Tomás no sigue vivo: su personalidad narcisista. Los expertos creen que volvió a tierra firme con la intención de huir, pero que al ver a la policía tomó la decisión de suicidarse. La sencilla idea de ser capturado le aterraba.