Es una perogrullada pero no está de más recordarlo: la actualidad política de este martes, 4 de mayo, pasa por la Comunidad de Madrid, que celebra en el día de hoy sus elecciones autonómicas anticipadas. Tras las encuestas que se han publicado en las últimas semanas —hasta el pasado miércoles día 28, el último día en el que estaba legalmente permitida la pulicación de sondeos—, parece claro que los resultados que van a producirse esta noche van a dejar a Isabel Díaz Ayuso como clara vencedora, incluso doblando a la segunda fuerza, que sería para el PSOE, pero con ligeras opciones de 'sorpasso' para Más Madrid.
La cuarta y la quinta posición se la disputarían Vox y Unidas Podemos, mientras que C's se debate entre obtener o no representación en la Asamblea de Madrid. En todo caso, este martes por la noche sabremos cómo se configura el Parlamento autonómico de la Comunidad de Madrid y, a raíz de su composición, si Isabel Díaz Ayuso tiene opciones de mantener la Real Casa de Correos sumando con Vox, tal y como indican la mayoría de encuestas; o si, por el contrario, se hace real una opción que solo el CIS ha reflejado: la mayoría absoluta de la suma de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos.
Claro está, pues, que la Comunidad de Madrid decide este martes su futuro, pero nadie va a sorprenderse si afirmamos que también se lo juega el resto de España. Porque el resultado de este 4 de mayo en Madrid va a tener su onda expansiva a nivel nacional. Los resultados de esta noche van a tener lecturas claras a escala de todo el Estado y pueden conllevar consecuencias que alteren el tablero político nacional. Encuestas en mano, parece que Isabel Díaz Ayuso va a arrasar, doblando escaños —en la anterior legislatura tenía 30 y ahora los pronósticos la sitúan alrededor de los 60— y forjando su figura, totalmente al alza en el seno del PP.
El 'efecto Ayuso' a partir de esta noche: Casado podría girar de nuevo a la derecha
Si eso ocurre esta noche, ¿qué consecuencias puede tener sobre la política española? El diario 'El Mundo' analiza este martes las posibles consecuencias de un 'efecto Ayuso', es decir, de un cambio de tono y de estrategia por parte de Pablo Casado. El presidente popular podría endurecer su discurso visto el éxito de la presidenta madrileña. Hace escasos días, en plena campaña, reaparecía en una entrevista la todopoderosa Esperanza Aguirre, expresidenta madrileña (2003-2012), expresidenta del Senado (1999-2002) y exministra (1996-1999). Aguirre disparó contra Pablo Casado y su estrategia de viraje hacia el centro, y elogió a Isabel Díaz Ayuso, mucho más escorada a la derecha.
Ahora, las elecciones en la Comunidad de Madrid podrían provocar un nuevo cambio en el rumbo político que Pablo Casado está imprimiendo al PP. Al inicio del presente curso político, el líder popular hizo una clara apuesta por alejarse de Vox y devolver al PP su tono centrista y moderado. Fue entonces cuando optó por destituir a Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz de la formación en el Congreso y sustituirla por Cuca Gamarra, exalcaldesa de Logroño, un perfil mucho más proclive al entendimiento y con unas formas menos agresivas que las de la diputada por Barcelona.
Además, en la moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez, el PP votó en contra y Pablo Casado protagonizó un discurso muy contundente contra Santiago Abascal y su formación; unas palabras que no gustaron en absoluto a los sectores más conservadores de los populares y que, precisamente, también criticó Esperanza Aguirre en su reaparición, dando muestra de la opinión que, sobre ello, mantiene el ala más derechista del PP. Ahora, una victoria holgada de Ayuso puede hacer que Casado dé un nuevo golpe de timón a la estrategia del PP.
El temor de Pedro Sánchez
Y eso es lo que teme Pedro Sánchez. A lo largo de los últimos meses, se han podido aproximar posiciones entre el Gobierno y el PP, aunque haya sido en segundo plano y sin excesivo protagonismo. Socialistas y conservadores tienen aún pendiente acordar la renovación del Consejo General del Poder Judicial, una materia en la que en las últimas semanas se habían acercado posturas y que se esperaba resolver antes del verano tras meses de desacuerdo. Pero una victoria de Ayuso, si efectivamente acarrease un cambio de estrategia por parte de Casado, destruiría por enésima ocasión los puentes establecidos entre ambas formaciones.
En definitiva, el gran temor de Sánchez y el Ejecutivo es que, con una postura más dura, sea aún más difícil llegar a acuerdos con el Partido Popular. Sánchez ya tiene en mente reunirse con Pablo Casado en las próximas semanas no tan solo de forma ordinaria, como suelen hacer cada varios meses, sino también para explorar si, efectivamente, el líder del PP dará el giro hacia la derecha y, en consecuencia, dificultará el avance de la legislatura en nuestro país.