El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, exponía el pasado jueves públicamente las líneas maestras del documento inicial del proyecto España 2050. Sánchez protagonizó la puesta de largo de esta iniciativa con la difusión de los principales objetivos del estudio 'Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo', que ha sido elaborado por un centenar de investigadores de reconocido prestigio y de disciplinas académicas diversas, y que representa las bases sobre las cuales debería basar nuestro país su futuro de crecimiento.
Según el propio Sánchez expuso el jueves, el documento «pone al servicio de la sociedad española todo su conocimiento para ayudarla a ampliar sus horizontes y a diseñar una mejor estrategia en el largo plazo», y constituye el fundamento principal para los objetivos que España y sus gobiernos deben perseguir en las próximas tres décadas; unas que vienen recogidas en una larga lista de 50 objetivos y 9 desafíos de país para conseguir «una España realmente posible; una España que avanzaría desde la media europea alcanzada en los últimos 30 años para situarse entre los países más avanzados de la Unión». Para alcanzar esta grandilocuente meta, nuestro país debe cambiar por completo su rumbo en muchos ámbitos, y uno de los principales es, sin duda, el económico.
Los expertos de Sánchez temen un estancamiento cronificado de los sueldos en España
Los expertos que han elaborado el documento 'Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo' dibujan, en las páginas iniciales del estudio su temor al estancamiento de la economía de nuestro país, una situación que tendría como consecuencia primera, directa a todos los españoles, la cronificación de los bajos salarios en nuestro país. Creen los expertos consultados por Sánchez que la clave se encuentra en una mejora de la productividad. En concreto, apuntan que la «baja productividad está comprometiendo el desarrollo económico de todo el país y guarda una fuerte relación con los bajos salarios, las largas jornadas laborales o la falta de competitividad de muchas empresas».
La diagnosis actual va a confluir en un futuro no muy lejano con otra circunstancia: el envejecimiento demográfico. El 'cóctel' podría dar como resultado un agravamiento de la situación económica y, en concreto, salarial en nuestro país. España camina hacia el temido estancamiento. «Entre 2023 y 2050, el PIB de España podría crecer en un rango de entre el 0,3-1,1% anual, muy lejos del 2% del período 1996-2019, lo que nos alejaría todavía más de los países avanzados de Europa y agravaría problemas como el paro o la desigualdad», avanza el mencionado estudio, teniendo en cuenta que la consecuencia primera de ello va a ser una cronificación de los salarios bajos en España.
La clave de la solución: la productividad
Identificado el problema y sus principales causas, no tendría sentido que el documento no acogiera un elenco de posibles soluciones para redirigir la situación y salvar a España de la debacle: una tarea «ardua pero no imposible». La clave que señalan los expertos que han elaborado el documento a instancias de Pedro Sánchez se encuentra en la productividad, es decir, cómo de rentable, no solo en el sentido económico, es una hora trabajada en España. Para calcularlo, influyen factores diversos, como el entorno empresarial, el trabajo individual de cada empleado, la eficencia, la tecnología, etc.
La clave para los expertos que elaboraron el documento se encuentra en hacer que todos los sectores de la economía española mejoren en el ámbito del capital humano, la capacidad innovadora, la implantación tecnológica, el marco institucional y las interrelaciones en el tejido empresarial. Mayores esfuerzos en educación e I+D, apuesta decidida por la digitalización, aprovechamiento de las oportunidades generadas por la transición ecológica o un cerco a la economía sumergida son algunas de las sugerencias que lanza el documento y que podrían contribuir a augmentar la tasa de productividad en España, por debajo de Europa en casi todos los sectores económicos.
La consecuencia directa de estas acciones sería la creación de empleo de calidad, con salarios más elevados y acabando con la actual situación de sueldos bajos y estancados, que a su vez supondrían riqueza; también para un Estado del bienestar que se vería reforzado y que, finalmente, repercutiría positivamente en el fortalecimiento de la economía española. Nuestro país tiene, pues, retos de enorme transcendencia por delante ante el temor de un estancamiento por años de su economía y de la principal afectación en los bolsillos de los españoles: la cronificación de los bajos salarios y de la precariedad. Llega el tiempo de trasladar los objetivos del papel a la realidad.