Los bancos europeos eliminarán a partir del mes de enero de 2024 la tradicional banda magnética en todas las nuevas tarjetas que se emitan, tanto de crédito como de débito. Esta medida se aplica con el propósito de adaptarse a los cambios de hábitos de pago de los consumidores.
Se espera que antes de 2033 ninguna tarjeta en circulación a escala mundial cuente con la banda magnética. De hecho, en España, MasterCard ha sido la primera multinacional de servicios financieros en anunciar que este mismo año aplicará este nuevo cambio en sus tarjetas.
Tarjetas biométricas: la futura forma de pago
La nueva forma de efectuar las compras necesitará nuestra huella dactilar para verificar el pago y confirmar operaciones. Funcionará de tal manera que la huella estará ya asociada a un chip electrónico, el cual confirmará la identidad del titular de la cuenta bancaria.
El uso de las tarjetas biométricas será sencillo: al realizar un pago, el sensor integrado captura y comparará la huella dactilar del titular con la información que contiene el chip. Los datos biométricos del portador no se revelan en ningún momento, debido a que la coincidencia se realiza íntegramente en la tarjeta. Si la verificación es correcta, no será necesario introducir ningún PIN. De esta manera, estas acciones tan normalizadas hoy en día, como firmar o introducir el famoso PIN podrían quedar obsoletas.
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La seguridad al realizar cualquier transacción se verá reforzada y se evitarán las compras fraudulentas o la suplantación de la identidad. Además, con el nuevo método de pago, los robos de las tarjetas se detectarán de manera más rápida.
MasterCard afirmaba el pasado verano que "las tarjetas con chip de hoy funcionan con microprocesadores que son mucho más capaces y seguros, y muchas también están integradas con antenas diminutas que permiten transacciones sin contacto. Las tarjetas biométricas, que combinan huellas dactilares con chips para verificar la identidad del titular de la tarjeta, ofrecen otra capa de seguridad".
A pesar de sus múltiples beneficios, también presenta alguna que otra desventaja. Las tarjetas biométricas podrían dar lugar a falsos positivos o alguna imprecisión a la hora de funcionar. Además, si el usuario presenta alguna lesión en la zona de la yema del dedo que usa para identificarse, como una quemadura, la tarjeta podría tener dificultades para verificar su identidad. No obstante, en este caso, se podría recurrir al PIN de la tarjeta.
¿Se verán afectados los comerciantes?
MasterCard asegura que las nuevas tarjetas biométricas no implicarían un gran impacto para los vendedores. De hecho, el cambio sería positivo. "Los comerciantes pueden disfrutar de una mayor certeza de la identidad genuina del titular de la tarjeta durante las transacciones", apuntan. Y añaden que podría ser que sus ingresos incluso aumentasen por "la reducción de falsos rechazos o al olvido del número PIN".
Este cambio se ha hecho considerando los avances de una sociedad cada vez más preparada tecnológicamente y nos movemos definitivamente hacia un sistema libre de contraseñas clásicas. La población está decidida a experimentar nuevas opciones de pago, según el reciente índice de nuevos pagos de MasterCard. Casi dos tercios de los encuestados han confesado que probarían un nuevo método de pago que en otras circunstancias no habrían hecho.