Antes del pasado viernes, Sophie y Raymond vivían juntos con su hijo Kölen en su casa de Ferreiros (Paradela). Todo parecía normal en esta familia, pero allí ya no queda nadie. Sophie se suicidó el viernes, Raymond hizo lo mismo el fin de semana, y su hijo estuvo desaparecido hasta ayer.
Sophie y Raymond (sus vecinos les llamaban Sofía y Ramón), eran de procedencia neerlandesa. En los Países Bajos llevaban una vida esclava y llena de estrés como empleados de grandes empresas. Vinieron a hacer el Camino de Santiago, y en Galicia encontraron el refugio y la vida sosegada que buscaban.
Kölen, el hijo de Sophie de 15 años, se mudó a vivir con su madre y su padrastro en 2019. Todo empezó a cambiar a raíz de la pandemia, cuando la actitud de la familia empezó a cambiar volviéndose más esquivos. A eso hay que sumarle la actitud del muchacho y sus frecuentes fugas de casa.
Todo empezó el lunes 2 de mayo
Aunque la actitud de la familia había cambiado, los vecinos nunca sospecharon el trágico final que les acechaba. Todo empezó el lunes 2 de mayo, cuando Kölen no se presentó a clase en su instituto de Sarria. Cuando el martes y el miércoles tampoco fue al colegio, saltaron todas las alarmas.
Lo más extraño de todo es que en casa nadie cogía las llamadas, así que se pusieron en contacto con las autoridades. La Guardia Civil acudió el viernes a la vivienda familiar en Ferreiros, y descubrieron el cuerpo sin vida de la madre. Sophie, de 46 años, se había suicidado y había dejado una nota.
Raymond, que se encontraba en Francia, fue informado de la situación y se desplazó rápidamente hasta Galicia. Estuvo en casa de sus vecinos, según los cuales “no paraba de llorar y estaba destrozado”. Les prometió que se verían al día siguiente, pero desde entonces no supieron nada más de él.
Raymond también se suicidó
El suicidio de Sophie ocurrió el viernes, y el lunes Raymond estaba citado en el cuartel de la Guardia Civil para declarar. Los agentes fueron a su casa a buscarlo y lo encontraron también muerto. Todo apunta a que se quitó la vida igual que se pareja, movido por los mismos motivos.
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El martes por la tarde encontraron sano y salvo a Kölen. Fue localizado por unos agentes de la Guardia Civil en un centro comercial en As Termas, Lugo, tras recibir la llamada de una persona que le había visto. El joven fue puesto a disposición de la Fiscalía de Menores, que decidirá sobre su destino.
En su casa de Paradelas ya no queda nadie, así que es probable que vuelva a los Países Bajos con su padre biológico. Su madre dejó una nota de suicidio donde explicaba las razones. Raymond también dejó una nota, explicando que se quitaba la vida al no poder soportar la ausencia.
La pandemia lo cambió todo
La muerte de Sophie causó una gran conmoción en el vecindario, pero la de Raymond fue el mazazo definitivo. Sus pensamientos ahora están con Kölen, el adolescente que se ha quedado solo en España de la noche a la mañana. Todos coinciden en que se había escapado varias veces de casa.
Al parecer el joven iba al psicólogo y estaba afectado por el ambiente enrarecido que se respiraba en su casa. La cosa empezó a ir mal a raíz de la pandemia, que provocó un cambio en la actitud de Raymond. El hombre tenía pánico al virus y empezó a aislarse en su casa.
Según cuentan los vecinos, “Raymond era antivacunas y no dejaba a Kölen usar mascarilla ni en el instituto, lo cual le trajo problemas”. Su actitud arrastró a toda la familia, que antes hacían muchas actividades y de pronto se quedaron encerrados en casa. Intentaban evitar al máximo el contacto con la gente.
Sophie solía llevar a su hijo al psicólogo a Lugo, Raymond lo llevaba al colegio a Sarria. Lejos de las obligaciones normales apenas se movían, aunque sí solían ir de vez en cuando a ver a unos amigos en Pontevedra. Todo acabó de manera trágica este fin de semana, por motivos que solo ellos conocen.