Preocupación en el Reino Unido. La pandemia continua causando estragos en Gran Bretaña y, por si fuera poco, alrededor de 100 niños ingresan cada semana en los hospitales con el síndrome multisistémico inflamatorio pediátrico (PIMS-TS). Según recoge Telecinco en su portal web, se trata de una enfermedad rara relacionada con el coronavirus, que se desarrolla tras pasar el virus y -atención- afecta a uno de cada 5.000 menores.
Los casos de niños ingresados en el Reino Unido con esta enfermedad se ha disparado en los últimos meses. Concretamente, los casos se han triplicado desde el pasado mes de abril. La causa del incremento de la enfermedad, según Hermione Lyall, experta en enfermedades infecciosas en niños y directora clínica de servicios para niños en el Imperial College Healthcare NHS Trust en Londres, no es otra que la nueva variante británica del coronavirus. El auge de dicha cepa ha provocado una mayor densidad de casos en Londres y el sureste del país británico, que es la zona justamente donde se han disparado los ingresos de niños con PIMS-TS.
La enfermedad en cuestión causa inflamación en los vasos sanguíneos y puede provocar daños mortales en el corazón. Sin ir más lejos (y siempre según recoge ‘The Guardian’) dos menores ya han perdido la vida a causa de dicha enfermedad. Lo cierto es que existe cierta alarma en el Reino Unido con esta enfermedad postcovid y los pediatras ya avisan sobre una PIMS-TS que catalogan como «muy preocupante».
Frenar la nueva cepa, la prioridad inglesa
No existe otra lucha: los ingleses se encuentran ante los que, seguramente, son los días más decisivos que recuerdan. La nueva variante de la Covid-19, que según reconoció Boris Johnson es «más mortal que la variante común», preocupa mucho a los expertos y la situación de los hospitales empieza a ser complicada. Por todo eso, el Regno Unido informó el pasado viernes que tomaría medidas mucho más severas con los viajeros.
A partir del 15 de febrero, Inglaterra requerirá a los viajeros que lleguen desde los puntos más complicados de la pandemia que se pongan en cuarentena en un alojamiento aprobado por el Gobierno. Es decir, el Reino Unido obligará a confinarse en hoteles, hostales o otros centros asignados a todos aquellos viajeros que lleguen al país.
«Ante las nuevas variantes, es importante que el Gobierno continúe tomando las medidas necesarias para proteger a las personas y salvar vidas. Con una mayor presencia policial en los aeropuertos y más controles físicos para asegurarnos de que las personas se aíslen por sí mismas, estamos tomando medidas decisivas», dijeron. En esta línea, el Gobierno asegura que ya está en negociaciones para poder utilizar hoteles cerca de los aeropuertos y puertos.