Sandra Culli, una mujer de 44 años, natural de Terrasa (Barcelona), salió a caminar ella sola y desde entonces nadie ha vuelto a verla. Se suman ya dos meses desde la desaparición de esta mujer. Su marido ha difundido su fotografía con la esperanza de encontrarla.
El fatídico día tuvo lugar el pasado 26 de diciembre en Vilassar de Mar (Barcelona). La catalana acudió con su marido a una comida familiar a casa de su suegra, ubicada en el susodicho municipio del Maresme, para celebrar el día de Sant Esteve.
Tras la comilona, la mujer salió a dar un paseo sola y sin teléfono móvil. Para sorpresa de su pareja, Sandra Culli nunca regresó. Aquel día se tornó en una dura pesadilla en la que la familia aún sigue inmersa.
Su marido, cuyo nombre no ha trascendido, comenzó a preocuparse a medida que pasaba el tiempo y su mujer no regresaba a casa. Impotente, el hombre pidió hacer una difusión de la fotografía de su mujer por si alguien podría arrojar luz sobre el suceso.
Se desplegó un operativo junto con un grupo de voluntarios para buscar a Sandra Culli
Se formaron varios grupos de voluntarios que peinaron la zona y los pueblos aledaños, para encontrarla, sin éxito. Por un lado, se analizó Vilassar de Mar; en concreto, el paseo marítimo donde la mujer salía a caminar, y sus alrededores.
Uno de los grupos se movilizó hasta la zona del Parque de la Serralada Litoral. Allí, en el Mirador de la Cornisa, en el término municipal de Teià, escucharon voces pidiendo ayuda. A raíz de esto, se creó un dispositivo de búsqueda dirigido por los Bomberos, pero ni rastro de la mujer.
También intervino el cuerpo GRAE de montaña, los miembros del grupo canino de búsqueda y el grupo operativo para distribuir las tareas y los sectores de investigación porque el lugar de donde se consideraba que habían provenido los gritos era una zona con pozos.
Los expertos y una batida de voluntarios investigaron los entornos del Mirador y un depósito de agua, pero no hallaron indicios que les condujeran hasta la mujer.
Las cámaras de seguridad de una vivienda de Vilassar de Mar han sido el último testigo que vieron a Sandra por última vez. Los dispositivos la grabaron dirigiéndose al paseo marítimo. Nadie más volvió a verla, ni existe más información sobre su posible paradero.
A día de hoy, la investigación sigue abierta. La policía autonómica de Cataluña, los Mossos d'Esquadra, no descartan que se trate de un posible suicidio, pero hay que seguir estudiando el caso.
Hasta la fecha, ya han buscado en Manresa (Bages), donde residía Sandra, en el Maresme y en distintos puntos de Barcelona, sin resultados.
En estos dos meses, ha habido «indicios esperanzadores», pero que finalmente han quedado en meras casualidades que no tienen nada que ver con Sandra.
Por ejemplo, grabaciones de cámaras de seguridad en las que aparecen mujeres con perfiles físicos muy similares a Sandra, pero que no son ella. O, incluso, un testimonio que asegura que vio a la mujer de Terrasa en una gasolinera de Montcada i Reixac, en Barcelona, pero que tampoco resultó ser así.
Sandra salía a caminar habitualmente
Fuentes familiares han asegurado que no se percataron de nada extraño en la actitud de la mujer desaparecida. Era frecuente que Sandra saliera a pasear después de comer.
Además, las mismas fuentes señalan que no se produjo ninguna disputa familiar ni otro tipo de altercados que pudiera provocar la marcha voluntaria de la mujer.
La familia de Sandra presentó la denuncia en la comisaría de Mossos de Premià de Mar la misma noche de la desaparición. Acto seguido, se puso en marcha la búsqueda de la mujer.
La catalana vestía el día en el que no volvió a casa un pantalón negro ajustado, un jersey negro de lana, bufanda negra de llanta, anorak negro de plumas y zapatillas negras con forro. Mide 1,68 cm de altura y pesa 50 kg. Es de complexión delgada y tiene el pelo de color rubio y liso, han informado.