Las vacunas contra la COVID-19 pueden producir reacciones en las personas que se las ponen. Las más habituales suelen ser leves, más bien molestias como dolor de cabeza o algo de febrícula. Pero en algunos casos se han notificado efectos secundarios más adversos, como trombos o problemas de miocarditis.
Ante esta situación, una parte de la población ha cogido cierto miedo o respeto a las vacunas, lo que ha reducido su grado de aceptación. Aun así, las autoridades, tanto en España como en el resto de Europa, llaman a la responsabilidad.
Los efectos secundarios graves son mínimos y en porcentajes muy reducidos de la población. Además, el sistema de farmacovigilancia funciona, por lo que efectos más graves que puedan acabar en muerte son todavía más infrecuentes.
El personal esencial se pone la segunda dosis de AstraZeneca
En ese sentido, la vacuna de AstraZeneca es probablemente la que más dudas ha generado desde el pasado mes de diciembre. Los casos de trombos relacionados con la inoculación hicieron que este suero estuviese disponible solamente para los mayores de 60 años.
De hecho, en España se tuvo que paralizar su administración durante unos días para estudiar esos casos de trombos. Finalmente se autorizó su uso para esa franja de edad, pero había otro colectivo que quedó al margen. Se trata del personal considerado esencial, como médicos o profesores.
Este colectivo se vacunó con AstraZeneca con la primera dosis, pero quedó relegado para ponerse la segunda con la limitación de edad. En España, el Consejo Interterritorial decidió poner una segunda dosis de Pfizer o de Moderna
Pero la mezcla de vacunas generó incluso más rechazo que los propios trombos, así que muchos pidieron que siguieran con AstraZeneca. Ante esta situación, Sanidad permitió que se les pusiera la segunda dosis de este suero, pero con consentimiento firmado.
Los síntomas de la segunda dosis de AstraZeneca
Ahora, parte del personal esencial que se puso la primera dosis está empezando a recibir la segunda tres meses después. Cabe recordar que en el caso de AstraZeneca, el tiempo entre dosis puede oscilar entre 28 días y 84 días.
Por eso mismo, muchos se preguntan si la segunda dosis también provoca efectos secundarios e incluso si son más graves. El servicio de Salud de Andalucía ha respondido a estas preguntas y aclara que los efectos suelen ser menos intensos con el segundo pinchazo.
Tras la primera dosis, los síntomas habituales eran dolor en el brazo de la inyección, cefalea, cansancio o fiebre. También se detectaron mialgias, malestar, escalofríos, náuseas y estados febriles más importantes, de más de 38 ºC.
Estos siguen siendo los efectos más frecuentes tras ponerse la segunda dosis, aunque aparecen en menos personas. El 10 % de las personas que reciben la segunda dosis tiene sensibilidad, dolor en el brazo, cefalea, náuseas, cansancio, febrícula y escalofríos.
Por debajo de estos síntomas están la hinchazón del brazo, los vómitos, la diarrea o la fiebre. En un 1 % de las personas también se han detectado casos de disminución del apetito, somnolencia, prurito o exantema.
De nuevo, la trombosis aparece como uno de los efectos más raros de la vacuna, aunque siguen existiendo.
Posibles reacciones alérgicas a la vacuna de AstraZeneca
Si la persona hubiese tenido alguna reacción alérgica en los 30 minutos posteriores a ponerse la primera dosis, no se le pondrá la segunda. Así lo ha establecido la Junta de Andalucía como una forma de proteger al paciente de una nueva situación similar.
La Junta admite que se han notificado reacciones alérgicas severas a la primera dosis. Y explica que podrían aparecer tras la segunda aunque no apareciesen antes.
Por ese motivo, los médicos y enfermeros que administran la vacuna siempre preguntan por el historial de alergias del paciente. Si ha sufrido antecedentes graves a los componentes de la vacuna, está contraindicada y no se le administrará.