El mayor pederasta de España ha estado en la calle. Disfrutó el pasado fin de semana de su primer permiso penitenciario. Fernando Torres Baena acumula a sus espaldas una condena de 302 años de prisión por 35 delitos de abuso sexual.
Aprovechó esa salida para estar con su familia. Era la primera vez que salía de la cárcel tras 11 años y medio entre rejas. El juez de Vigilancia Penitenciaria número 3 de Las Palmas, Arcadio Díaz, fue el encargado de concedérselo.
El considerado el mayor pederasta del país recibió la noticia con satisfacción. Sin embargo, "no tiene el chip de disfrutar a tope" porque debe regresar a prisión, apuntó su abogado Ángel Luis Calonge.
Explicó a La Vanguardia que se trata de "un mundo que se desconoce mucho por la sociedad en general y los medios en particular. Él tiene que volver a la cárcel y esto tiene una carga psicológica importante".
Torres Baena empezará a disfrutar de más salidas a partir de ahora. Esta propuesta forma parte del programa individual del tratamiento que persigue integrarlo de nuevo en la sociedad.
Su letrado defiende la importancia de estos privilegios, pero advierte que "mañana tiene que volver de nuevo a la prisión". Lo entiende como algo pasajero, a lo que no debe concederse demasiada importancia. "Con eso ya le estoy diciendo cómo lo está viviendo", subraya.
Trató de aprovechar el tiempo para estar con los suyos, sobre todo con sus hijos. De momento se desconoce cuándo volverá a disfrutar de un nuevo permiso.
Torres Baena fue condenado después de que abusara durante más de 20 años de decenas de alumnos en una escuela de artes marciales. Aprovechaba su autoridad como maestro sensei para acosarles.
La llegada del juez Arcadio Díaz a Vigilancia Penitenciaria ha sido clave para la salida de prisión del pederasta. Está considerado un magistrado de carácter progresista. Nada más aterrizar en el cargo decidió revisar su caso.
La Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario Las Palmas 1 había rechazado las diez peticiones hechas por el condenado para salir. Se lo negaron siempre al entender que existía un elevado riesgo de reincidencia.
El juez optó por encargar un análisis independiente al Instituto de Medicina Legal de Las Palmas. Después de muchas horas de estudio llegaron a la conclusión de que ya no es "un depredador incontrolado". En uno de sus autos, señala que la forense es la profesional que más ha analizado la actitud de Torres Baena.
Lo describe como una persona con unas características diferentes. En vista de eso, y del buen comportamiento durante su etapa en la cárcel, decidieron concederle esta oportunidad. No ha tenido problemas con otros reos y ha aprovechado el tiempo para estudiar Derecho y Antropología.
Todo esto ha resultado esencial para que el magistrado le concediera esta oportunidad. Insiste en la necesidad de "prepararle" para cuando vuelva a la sociedad una vez que cumpla su condena.
Otras condenadas ya disfrutaron de permisos
Torres Baena no fue el único que ha disfrutado de un permiso. En este caso también ha habido otras dos condenadas que llevan beneficiándose de este privilegio desde hace tiempo. Su esposa, María José González, con una condena de 140 años de prisión, goza de libertad desde hace más de cuatro años.
Otra de las monitoras que tenía a su cargo el pederasta era Ivonne González, que los disfruta desde 2018. En su caso, la condena se eleva a 126 años.
En el informe presentado por el magistrado se recoge que Torres nunca recurrió a la violencia ni a la intimidación para abusar de los menores. Hizo prevalecer su condición de maestro de kárate para conseguir su objetivo.
El pederasta está inhabilitado para desempeñar una labor como docente y su gimnasio fue clausurado. Entienden que durante un permiso breve es muy complicado que pueda reincidir.
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