Rubén, María José y Encarna tienen unos 40 años y algo en común: les encantan los bares y las fiestas. En su última trifulca, los dos primeros, que son pareja, quemaron viva a la tercera y trataron de asfixiarla. Fueron detenidos por tentativa de homicidio, pero ya están en la calle.
Los hechos sucedieron en Los Ramos, una pedanía de Murcia de 3.500 habitantes. La amistad que unía a Rubén y María José con Encarna se acabó hace 10 días por una denuncia de trágico. Encarna fue a casa de la pareja para reprocharles que le hubieran culpado de una infracción que no había cometido.
Según fuentes de la investigación, los tres implicados cuentan con varias detenciones por trapicheo de droga. Los vecinos están hartos de las continuas peleas en el piso de la pareja. Denuncian las fiestas que se montan de madrugada bebiendo, gritando y dando golpes.
Algunos vecinos confirman que las peleas suelen producirse en el piso de la pareja, entre Rubén y María José. Él es comercial en una empresa del sector energético. Hace un pare de años se compró un piso en el edificio y poco después empezó una relación con la que ahora es su pareja.
Ella tiene 47 años y comparte con su novio la afición por el alcohol: "Solo se pelean cuando beben". Todos coinciden en que los problemas se desataron cuando empezaron la relación. Al día siguiente de una pelea, Rubén siempre pide perdón a los vecinos y asegura que ella "lo pone loco".
La víctima, Encarna, trabaja como empleada en un supermercado. Rubén y María José fueron cazados por un radar y al llegar la multa trataron de colgársela a ella. A Encarna le notificaron la sanción económica y la pérdida de puntos, así que el día 12 de julio fue a casa de sus amigos para recriminárselo.
'Había una chica gritando que la querían matar'
El atetado de la Guardia Civil recoge la crudeza de los hechos que se desencadenaron después: "Los presuntos agresores le abrieron la puerta y, sin mediar palabra, la rociaron con un líquido inflamable y le prendieron fuego". La víctima sufrió numerosas quemaduras, pero logró sobrevivir.
Acto, seguido, "los agresores aprovecharon para ponerle una bolsa en la cabeza y asfixiarla hasta que perdió la conciencia. Los vecinos explican que "había una chica gritando que la querían matar". En un descuido de los agresores, la víctima logró zafarse y escapar.
Rubén y María José pensaban que Encarna estaba muerta, pero esta se quitó la bolsa y huyó hasta el cuartel de la Guardia Civil. Fue trasladada al hospital, donde fue atendida de las quemaduras en la espalda. La policía montó un dispositivo para capturar a los presuntos agresores.
Así capturaron a los agresores
Seguridad Ciudadana pidió a la autoridad judicial una autorización para entrar en el inmueble de la pareja y detener a los presuntos agresores. Para impedir que huyeran, montaron guardia en los aledaños del edificio con patrullas de paisano. Pocas horas después, la espera dio sus frutos.
A altas horas de la madrugada, la pareja se dejó ven en la zona donde estaban los agentes y fueron capturados. Les atribuían un presunto delito de homicidio en grado de tentativa. Al día siguiente pasaron a disposición judicial, y pudieron exponer su versión de los hechos ante el juez.
Tras prestar declaración, Rubén quedó en libertad con cargos y tiene una orden de alejamiento de 200 metros de la víctima. María José pasó un día en la cárcel y también quedó en libertad. Los dos volvieron a su piso como si no hubiera pasado nada, algo que ha sorprendido mucho a los vecinos.
Niegan los hechos
El Español ha revelado el contenido de la conversación que mantuvieron con ellos tras ser liberados. María José atendió a los periodistas en la puerta de su casa y negó todo lo sucedido. "Vino al piso a atosigarnos, aquí no hubo ningún inteno de asesinato", explicó la mujer.
"¿Cómo me iban a soltar de la cárcel? Si hubiese sido un asesinato yo seguiría en prisión", añade. De Encarna dice que "se dedica a vender las casas que están vacías a los camellos" y que "es una drogadicta". Y exculpa a su marido de toda responsabilidad: "Él no tiene nada que ver".
Según la versión de los presuntos agresores, Encarna fue a su casa a pedir dinero y nadie la quemó viva. "Si hubiésemos intentado matarla, no sale de aquí", asegura María José. Lejos de asumir los hechos, amenaza con ponerle una querella a la víctima: "Más vale que se busque otra fantasía".
Niegan que el origen de la discusión fuera una denuncia de tráfico: "Si ella no tiene vehículo, a no ser que haya robado alguno para vendérselo a un camello". Y da una explicación surrealista a los arañazos que tiene en el cuerpo: "Estos es de coger higos y limones".
Mientras, en el barrio permanece la sensación de intranquilidad. Saben que en cualquier momento pueden volver las peleas y los problemas. "Todos los implicados son unos pintillas", asegura uno de los vecinos de la zona sobre los tres protagonistas de este macabro suceso.