La autopsia sobre el cadáver de Laura Luelmo certifica que la joven zamorana sufrió un delito sexual antes de morir. Este miércoles 19 de diciembre, la Guardia Civil ha encontrado restos de sangre en una manta durante las inspecciones que se llevaron a cabo.
Además, se han encontrado restos biológicos de la víctima en el coche de Bernardo Montoya, un Alfa Romeo de color negro. Este vehículo es el que habría utilizado el autor confeso del crimen, para trasladar a la víctima hasta los matorrales donde la dejó.
La declaración de Montoya se contradice con las pruebas biológicas
El análisis también ha determinado que la joven murió a causa de un golpe en la cabeza entre dos y tres días después de sufrir la agresión por parte del asesino, a nueve kilómetros del pueblo en el que residía, El Campillo ( Huelva), en el pantano de Campofrío. Es en esa localización en la que se pierde la pista de la señal de GPS de su móvil.
Según la autopsia, Laura estuvo entre 48 y 72 horas viva tras haber sufrido el ataque de Montoya. Qué es lo que ocurrió durante esas horas es ahora mismo el principal objetivo de los investigadores. Dependiendo de qué haya ocurrido, las penas a las que se someta el asesino pueden variar sustancialmente.
Según el autor del crimen, las acciones se sucedieron de la siguiente manera: «Ella me preguntó por un supermercado y la mandé a un callejón sin salida. Me monté en el coche y llegué primero al callejón. La agarré y golpeé su cabeza contra el maletero. La até de las manos a la espalda y la envolví en una manta. Después la conduje al lugar en el que la encontraron».
La confesión continúa con estas palabras: «La desnudé de cintura para abajo y traté de violarla, pero pese a que estaba inconsciente, no lo conseguí. Lo intenté, pero nada. Juro que al final no la agredí sexualmente. Luego me asusté. La saqué del coche y la trasladé como pude hasta la zona de jaras y me fui corriendo. Pero cuando la dejé allí estaba viva».
Los resultados de la autopsia contradicen la versión de Bernardo Montoya. Existen incongruencias en su relato relacionadas con los resultados que muestran los datos de GPS del móvil de Laura, como también en el sentido de la agresión sexual que, en principio, niega el asesino, pero que las pruebas concluyen que pasó.