Punto final a la etapa de Quim Torra en la presidencia de la Generalitat. Poco más de diez días después de que Torra declarara al Supremo, este lunes, 28 de septiembre, se ha confirmado la decisión del tribunal de rechazar su recurso de casación y, por tanto, convertir en firme la sentencia dictada en diciembre de 2019 por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Torra, pues, ha sido inhabilitado para ejercer cualquier cargo público y eso impide que siga ocupando la presidencia de la Generalitat con efectos inmediatos.
Ahora, el Tribunal Supremo debe hacer saber su veredicto al tribunal sentenciador, el TSJC, y será este último el encargado de notificar la sentencia firme a Torra. Hasta ese momento, seguirá siendo el presidente de la Generalitat de manera oficial, pero quedará cesado en el cargo en el momento que se le haga entrega del dictamen judicial. Al día siguiente, el Boletín Oficial del Estado publicará la nota de cese de Torra, firmada por el rey Felipe VI, que rubricará su adiós a la presidencia de la Generalidad de Cataluña.
El Gobierno queda automáticamente limitado de funciones por al menos cinco meses
Con el cese del presidente de la Generalitat, Pere Aragonés asumirá algunas de las competencias de manera interina, pero el Gobierno es automáticamente cesado y los consejeros permanecen en el cargo en funciones, es decir, con la capacidad de toma de decisiones limitada . Así, el Ejecutivo no puede presentar anteproyectos de ley o presentar presupuestos, y Aragonés no tiene la prerrogativa de convocar elecciones.
Cataluña, pues, es vertida a la parálisis, con un Gobierno en funciones durante un período que coincidirá con un segundo pico de la pandemia por coronavirus, tal y como aseguran los expertos. Serán, al menos, cinco meses de interinidad: en los próximos diez días, Roger Torrent comunicará al Parlamento que no hay ningún candidato alternativo a Torra y se activará una cuenta atrás de dos meses hasta que Aragonés firme de manera formal la convocatoria de elecciones para 54 días más tarde.
Todo ello sitúa las urnas entre el 31 de enero y el 7 de febrero de 2021. El Gobierno seguirá en funciones hasta la investidura de un nuevo presidente pero, si obedecemos el calendario previsto, podría pasar entre marzo y mayo. Muchos meses de parada política en Cataluña en plena pandemia que podrían haberse recortado si Torra hubiera convocado elecciones autonómicas en los últimos días. Con todo, ahora la presidencia de la Generalitat está vacante y la prerrogativa de convocar elecciones ya no existe. Comienza la cuenta atrás para encontrar un nuevo gobierno.