Murcia, Cantabria y Aragón lideran el grupo de comunidades que ya se han pronunciado en contra de pedir el estado de alarma, tal y como ayer sugirió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En cambio hay otras dos comunidades que sí han anunciado que estudiarán esta posibilidad para controlar la epidemia: Madrid y Cataluña.
Las demás comunidades dejan la puerta abierta a esta posibilidad. Varios gobiernos regionales se muestran dispuestos a solicitar un estado de alarma parcial en caso de necesidad, a pesar de las críticas al Gobierno por ceder la responsabilidad a los territorios.
Una de las comunidades que se plantea abiertamente esta fórmula es, precisamente, la gobernada por el principal partido de la oposición. La Comunidad de Madrid, con la popular Isabel Díaz Ayuso al frente, ha hablado de la posibilidad de establecer restricciones puntuales, aunque primero estudiará a fondo la propuesta del Gobierno.
Díaz Ayuso ha sido precisamente uno de los principales azotes del Gobierno de Sánchez por la gestión de la crisis. Ahora dice que tiene que haber una estrategia de país y confianza en las comunidades, y ha asegurado que solicitará todo aquello que haga falta para proteger la salud de los madrileños.
Cataluña se plantea seguir el mismo camino, aunque Quim Torra no ha desaprovechado la ocasión para lanzar un dardo a Sánchez: «Ahora sí parece que el virus entiende de territorios». En contra de la opinión de Quim Torra, que no descarta la utilización de ese instrumento, la consejera de salud catalana lo descarta: «No es una herramienta imprescindible».
La predisposición de Madrid y Cataluña a solicitar el estado de alarma al Gobierno tiene lógica, al haber sido dos de las comunidades más castigadas por el Coronavirus, tanto en la primera oleada como en esta segunda fase de los rebrotes.
Muchas dejan la puerta abierta
La otra gran región afectada por los rebrotes ha sido Aragón. Sin embargo, allí su presidente Javier Lambán, socialista, a pesar de tener la tasa de incidencia más alta de toda España (416,8 contagios por cada 100.000 habitantes) no se plantea aplicar restricciones más duras en la comunidad.
Argumenta que el estado de alarma y el confinamiento son la solución fácil, «pero luego rebrota y mientras tanto se ha asfixiado la economía». La mayoría de las comunidades gobernadas por el Partido Popular seguirán el mismo camino. Por ejemplo, Murcia, con el popular Fernando López Miras, ha dejado claro que la alarma no está en sus planes.
También lo ha rechazado el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que sin embargo deja una puerta abierta: «No renunciaremos a ninguna herramienta para proteger la salud y la vida de nuestros vecinos». Una actitud similar a la que han tomado la mayoría de los presidente socialistas, que de momento rechazan la oferta pero dejan la puerta abierta.
Por su lado, el presidente cántabro Miguel Revilla ha criticado que muchos de los presidentes que en su momento censurado el excesivo protagonismo del Gobierno central, ahora se quejen de que las autonomías, que tienen las competencias en sanidad, no puedan tomar decisiones.