
El Gobierno dio el pistoletazo de salida para que los pequeños comercios y restaurantes comenzaran la desescalada este lunes 4 de mayo. A partir de este mismo lunes los locales comerciales podrán abrir sus puertas teniendo en cuenta las limitaciones establecidas de higiene y seguridad para evitar el contagio por Covid-19.
Unas recomendaciones anunciadas por Pedro Sánchez el sábado 2 de mayo y publicadas en el BOE el pasado domingo, que no han quedado muy claras para los empresarios que se han mostrado muy críticos al considerar que no han tenido tiempo suficiente para organizarse ni para contar con los equipos de protección individual adecuados.
«Abren el lunes y el Ejecutivo explica en qué condiciones un día antes por la tarde. ¡Y domingo!» criticaban algunas fuentes de las patronales que denuncian que estas condiciones se habrían tenido que dar con tiempo para que los empresarios pudieran haberse preparado.
Como consecuencia, recurren a toda prisa a sus gestores para que les indiquen qué empleados pueden trabajar para hacerlo dentro del margen legal establecido. El anuncio de la reapertura les ha pillado por sorpresa y muchos son los locales que no cuentan con el tiempo suficiente para adecuar sus establecimientos.
Dudas sobre dónde adquirir los EPI necesarios para los empleados y clientes, si pueden abrir sin haber adquirido todavía la señalización para mantener la distancia de seguridad interpersonal y si, en el caso de abrir, esta falta puede acabar en sanción para el empresario, son algunas de las preguntas que han llegado a las asociaciones de comerciantes después de conocer la decisión del Gobierno.
«Desgraciadamente tarde ha salido por fin el BOE» se lamentaba Eduardo Abad, presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos.
Incertidumbre por los clientes
La reapertura de los comercios también ha generado otra duda sobre la clientela que estará dispuesta a entrar en los locales. A diferencia de las peluquerías que ya cuentan con cita previa para varios meses, otra cosa distinta ocurre con las tiendas de ropa u otros complementos pues los empresarios no están muy seguros de que los clienten acudan a comprar más allá de lo indispensable.
Por ello muchos comerciantes se han planteado la idea de si merece la pena abrir y solicitan ayuda al Ejecutivo para que generen confianza en la población. «¿Crees que una pequeña tienda de barrio va a poder tener listos equipos para desinfectar cada prenda que se prueben sus clientes?» se pregunta una de las patronales del textil.
Sectores de actividad estacionales con pérdidas del 90% de facturación
Desde la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos señalan que algunos sectores cuya actividad es estacional como fotógrafos —que han perdido toda la temporada de bodas, bautizos y comuniones— o feriantes, vendedores y comerciantes ambulantes cuya principal fuente de ingresos son las fiestas patronales y lugares de ocio, experimentarán una caída del 90% en su facturación.
Por ello Eduardo Abad explica que «hemos pedido a la ministra de Industria que destinen más recursos y que establezcan una prestación extraordinaria para los colectivos que desarrollan actividades estacionales» teniendo en cuenta que no contarán con ingresos en lo que queda de 2020.