Un preso que estaba cumpliendo la condena que se le impuso por abuso sexual a dos menores de edad, se ha suicidado tras una llamada telefónica con la madre de las víctimas.
Condenado a 12 años de cárcel
Este hombre, de 48 años, fue condenado a 12 años de cárcel por haber agredido sexualmente a las dos hijas de trece años de su pareja de forma continuada.
Aunque el fallecido consiguió huir y ocultarse en Colombia, su país natal, durante tres años, finalmente fue localizado y el embajador español solicitó que se le detuviera.
Así, miembros de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol de la Policía consiguieron arrestarle allí y, un mes después, fue extraditado a España.
Tras llegar al país en el que cometió el delito, ingresó en el centro penitenciario de Soto del Real, en Madrid, y allí estaba cumpliendo su condena cuando ha decidido quitarse la vida.
Decide quitarse la vida tras una discusión telefónica con la madre de las víctimas
El agresor estaba encerrado en el módulo 1, que alberga a 80 reclusos, y compartía celda con otro interno. Este martes, 6 de abril, se ha presentado al recuento de las 8 de la mañana y después ha bajado a desayunar con normalidad, por lo que nadie había notado nada extraño.
Sin embargo, una hora después de la primera comida de la mañana, sobre las 10 horas, los presos le han encontrado ahorcado con el cordón de un zapato en el baño común de la sala de la televisión y han avisado a los funcionarios.
Los dos agentes que había en el módulo han tenido que descolgarle y trasladarle a la enfermería, donde solo han podido confirmar su fallecimiento.
Según las declaraciones de algunos reclusos que han sido recogidas por 'Nius', antes de tomar la decisión de quitarse la vida, había estado hablando por teléfono en las cabinas de una forma muy alterada. Al parecer había estado discutiendo con la madre de las dos niñas, quien le habría manifestado su intención de poner fin a la relación.
Las llamadas telefónicas deben ser autorizadas por el servicio de seguridad del centro y están limitadas a un máximo de 10 personas, que además deben estar de acuerdo y facilitar sus datos.
A pesar de que esta es la versión que han ofrecido algunos reclusos, es extraño que este tipo de delincuentes sexuales sigan manteniendo contacto con el entorno de las víctimas, sobre las que pesa una orden de alejamiento.
Otro dos presos autolesionados en el centro penitenciario de Soto del Real
Este caso no ha sido el único de este calibre que ha tenido lugar en el centro penitenciario de Soto del Real este martes. A penas dos horas antes del suicidio del colombiano, en el módulo dos de la prisión, un joven polaco también ha tratado de quitarse la vida.
«Un funcionario le ha encontrado inconsciente en su celda, en el recuento de la mañana. Ha conseguido salvarle gracias a su rápida actuación», ha explicado la Asociación de Funcionarios de Prisiones (APFP) en sus redes sociales.
El pasado domingo, 4 de abril, otro preso también hubo un caso similar. Un joven de 25 años se ocasionó cortes en las muñecas con una cuchilla de afeitar.
El delincuente fue trasladado a la enfermería y agredió a uno de los funcionarios mientras estaba siendo atinado por el equipo sanitario.
Otro funcionario que trató de contenerle también recibió puñetazos y patadas por el recluso. Ambos trabajadores tuvieron que ser atendidos por múltiples lesiones.
Las autolesiones en los centros penitenciarios son algo muy frecuente. Muchos reclusos se cortan las venas o ingieren productos tóxicos para llamar la atención. Así, intentan ser trasladados a centros hospitalarios para escaparse o evitar conflictos con otros reclusos