«Activemos España». Este es el lema que ha escogido el Partido Popular para presentar el plan alternativo con el que pretende hacer frente a la estrategia del Gobierno de Pedro Sánchez para la desescalada, y como parte de ese plan su líder, Pablo Casado, ya ha anunciado que votarán en contra de la quinta prórroga del estado de alarma.
El plan B que acaba de anunciar el PP pretende acabar de un plumazo el estado de alarma y las medidas del Gobierno de vuelta a la normalidad, y confirma el divorcio definitivo entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Pablo Casado, que en la última votación ya retiró su apoyo a una nueva prórroga.
En las tres primeras Casado intentó mantener un perfil de responsabilidad del primer partido de la oposición ante la emergencia sanitaria del país, en pleno pico de contagios y fallecidos, pero a medida que la curva desciende y se va normalizando la situación el líder del PP pidió a Sánchez buscar fórmulas alternativas y levantar el estado de alarma.
La tesis del Gobierno es que suspender el estado de alarma conllevará más contagios y más muertes, y Sánchez pretende alargar este instrumento hasta el 21 de junio sin presentar, por ahora, ningún plan alternativo. Ahora, el PP da un paso importante y presenta su candidatura alternativa a la gestión de la crisis con un ambicioso programa político.
El plan B del PP contempla medidas a corto, medio y largo plazo tanto en el ámbito sanitario como en el económico. El objetivo del PP, según ha dicho Casado en la rueda de prensa para presentar el plan, es favorecer la recuperación económica priorizando la seguridad.
La propuesta más relevante en el ámbito sanitario es el «Pacto Cajal», un gran pacto de Estado por la sanidad que consolide el refuerzo del sistema, dentro de la comisión parlamentaria para la recuperación. También contempla el uso obligatorio de mascarilla, y la extensión de test masivos a toda la población para conseguir un mapa de seroprevalencia.
En el ámbito económico, apuesta por el apoyo al tejido empresarial y el empleo mediante mecanismos de liquidez y un plan de fiscalidad atractivo para las inversiones extranjeras. Entre las propuestas está que las nuevas empresas y las que han tenido que cerrar por la crisis queden exentas de pagar impuestos, y extender la tarifa plana de los autónomos de 50 euros. El PP propone también alargar los ERTE hasta el 31 de diciembre.
La prioridad en materia fiscal es recortar el gasto público y pone el dedo en los gastos superfluos: reducir el número de ministerios y el tamaño del Ejecutivo. Frente al ingreso mínimo propone una tarjeta social para ayudas que sean compatibles con otras prestaciones pero evitando que se dupliquen. La digitalización y el teletrabajo se incluyen también en el plan.
En rueda de prensa, Casado ha dicho que no va a negociar su plan B con el Gobierno y que tampoco negociará la prórroga del quinto estado de alarma. El plan alternativo que ha presentado el PP hoy es pues un programa para un nuevo escenario, en el que los populares han presentado su candidatura a desbancar el Gobierno de Pedro Sánchez.