Aunque la reanudación de la Liga de fútbol en España se ha hecho sin público en las gradas, la Dirección General de Policía ha preparado fuertes dispositivos de seguridad en el marco de un protocolo que prevé, entre otras circunstancias, el riesgo de atentados terroristas en los estadios aprovechando la «nueva normalidad».
En concreto, el documento sobre las «pautas y criterios a seguir por parte los miembros de la Policía Nacional en los dispositivos para espectáculos deportivos a puerta cerrada» recuerda que España sigue en nivel 4 alerta antiterrorista y que «aunque los partidos sean sin público, debemos mantener las medidas tendentes a velar por la seguridad en eventos deportivos».
Para ello se cita la Ley 19/2007 de 11 de julio contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, que no hace distinciones sobre si hay o no público en las gradas, y además la policía cita al menos cuatro ejemplos de lo que denomina «nuevos retos y amenazas» en el marco de la seguridad en los estadios de fútbol.
La primera y la que más preocupa ahora mismo es la «intrusión en los estadios con fines terroristas», que incluye el protocolo para los partidos a puerta cerrada. Los campos de fútbol no cuentan ahora con decenas de miles de personas que ralenticen el acceso de alguien que pretenda introducirse en un estado, y de hecho ya ha habido el caso de un intruso.
El pasado sábado, en el partido que se disputaba en el campo del Mallorca entre el Mallorca y el Barcelona, un joven de 17 años saltó al terreno de juego y corrió hasta que los vigilantes de seguridad y policías nacionales lo atraparon y lo sacaron del césped.
En su declaración en la comisaría, el espontáneo reconoció haber amontonado unas piedras en una de las puertas de entrada para colarse dentro, tras lo cual bajó las escaleras de la grada y en pocos segundos estaba corriendo hacia Messi para hacerse una foto con él. Ahora, este ejemplo pone en alerta a la policía sobre lo que puede pasar con los terroristas.
Cámaras de vigilancia y megafonía
Los estadios de fútbol son uno de los escenarios favoritos de los terroristas al concentrar gran aglomeración de gente y atraer la atención mediática en todo el mundo. Ya en su momento fueron utilizados por la banda terrorista ETA para cometer sus atentados, y ahora los yihadistas lo tienen también en su lista de objetivos.
En los últimos años las fuerzas de seguridad han descubierto planos del Santiago Bernabéu en posesión de algunos de los yihadistas detenidos, y sin ir más lejos, la célula que asesinó a 16 personas en Barcelona y Cambrils en agosto de 2017 se había fijado tanto en el Santiago Bernabéu como en el estadio del Barcelona, el Camp Nou.
También durante los atentados que sacudieron París en 2015, los yihadistas lograron inmolarse con explosivos en los alrededores del Estadio de Saint Denis mientras se jugaba un amistoso entre las selecciones de Francia y Alemania, con el presidente François Hollande en el palco.
Ahora, esta amenaza se ha convertido en la preocupación número uno de la policía, que prevé un dispositivo de seguridad especial con cámaras de vigilancia en las puertas y el perímetro exterior para poder detectar incidencias y tomar las medidas oportunas. Asimismo, también se preparará una megafonía exterior por su fuera necesario realizar comunicaciones ante la posible concentración de aficionados en los aledaños del campo.