Aún sacudida por el dolor de los muertos y la preocupación por la posibilidad de nuevos brotes, España asiste con estupor a la declaraciones de un conocido personaje cuyas opiniones nunca pasan desapercibidas y que, en este ocasión, también ha querido aportar su punto de vista sobre un tema de actualidad como es el de la vacuna del Coronavirus.
Se trata del arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, que en la misa que ofició este domingo en la catedral pronunció unas sorprendentes palabras: «El demonio existe en plena pandemia, intentando llevar a cabo investigacionesparavacunas. Una de ellas se lleva a cabo con células de fetos abortados».
La dimensión de la afirmación es tal que el vídeo circuló rápidamente en las redes y pronto se desveló la verdad, y es que el cardenal Cañizares basó su discurso en una noticia falsa, un bulo que circuló hace unas semanas y que ya fue desmentido en su momento.
Una de dos. O el cardenal no sabía que la información era falsa, o la utilizó para apoyar su discurso de forma intencionada, pero en todo caso lo divulgó con toda vehemencia afirmando que «esto es inhumano, esto es cruel, y no podemos alabarlo ni bendecirlo, porque esto es ir en contra del hombre y despreciar al hombre vivo».
La teoría de este religioso, conocido por sus salidas de tono, es que al ser humano «primero se le mata, con el aborto, y luego se manipula para… mira qué bueno, mira qué bien, ya tenemos una vacuna». Por eso afirma rotundamente que es obra del diablo, y que la Eucaristía, que tenemos que poner en el centro de nuestras vidas, es el antídoto contra el diablo.
El cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia que fue en su momento vicepresidente de la Conferencia Episcopal y prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, se ha convertido en un habitual de las hemerotecas por su inclinación a la polémica y sus actuaciones y opiniones provocadoras.
El aborto, más grave que los abusos sexuales
Ahora vuelve a estar en el centro de la polémica por divulgar este bulo sobre la vacuna del Covid-19, pero durante la crisis del Coronavirus ya protagonizó un escándalo al saltarse el estado de alarma y abrir la basílica entre una aglomeración de fieles que le aplaudían.
Además, este religioso se ha destacado por ser el guardián de la visión más conservadora de la iglesia católica y, entre sus frases más polémicas, abundan sobre todo aquellas que tienen que ver con la homosexualidad y sus políticas «irresponsables y suicidas que son producto de ideologías dominantes que no ayudan a la familia, sino que la distorsionan».
«Los ateos sólo buscan dinero y sexo», las embarazas como señal de triunfo, una vigilia por la unidad de España o la alerta por una «invasión de refugiados» forman parte del catálogo de las salidas de tono más célebres del arzobispo.
El aborto, sin ir más lejos, también está entre sus obsesiones, y en 2008 lo llegó a considerar incluso más grave que los abusos sexuales: «No es comparable lo que haya podido pasar en unos cuantos colegios con los millones de vidas destruidas por el aborto».