La policía local y los agentes cívicos de Palafrugell (Girona) han empezado a retirar las toallas que llevan más de media hora sin ocupar en la playa y que se utilizan para guardar sitio, con el objetivo de controlar la ocupación y garantizar la rotación de usuarios en las zonas de baño.
El consistorio publicó ayer un bando que prohíbe dejar toallas y otros elementos en la playa para reservar espacio, a la vez que advertía que todo ese material, después de media hora sin la presencia del propietario, sería intervenido y custodiado para su posterior retorno.
El objetivo de esta medida es garantizar y limitar el uso privado del espacio público y asegurar una rotación efectiva para que el mayor número de gente posible pueda disfrutar de las playas de la localidad, especialmente ahora que con la pandemia de coronavirus se ha limitado el aforo.
El alcalde de Palafrugell, Josep Piferrer, ha explicado en declaraciones a TV3 que la práctica de dejar toallas en la arena para guardar sitio es habitual desde hace tiempo, sobre todo en Tamariu y Llafranc, pero que han detectado que «ha ido a más».
Por eso, agentes cívicos y policía local vigilan desde este fin de semana que todas las toallas estiradas en la playa tengan propietario, y si detectan que hay material sin supervisión durante más de media hora se lo llevan y guardan para que sus dueños puedan recuperarlo.
La normativa se aplica a todos los núcleos de costa de Palafrugell, como son Calella de Palafrugell, Llafranc y Tamariu.
Unos paneles ubicados en todas las playas informan de la novedad a los bañistas, que actualmente pueden consultar el nivel de ocupación de todos esos espacios en tiempo real a través de una aplicación.