Son muchas las comunidades autónomas que han solicitado el aislamiento domiciliario y aunque el Gobierno ha señalado en varias ocasiones que el confinamiento sería la última medida que aplicarían para frenar la expansión del virus, desde la Moncloa ya han empezado a trabajar en el «peor escenario» y están barajando la posibilidad del encierro de los ciudadanos en las zonas donde la alta ocupación de las UCI no consiga disminuir «en dos semanas».
Pedro Sánchez ha dado el visto bueno para implantar el confinamiento domiciliario
Aunque se niegan a hablar públicamente de ello, la situación en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales es una de sus grandes preocupaciones y, además, han reconocido que si bien los casos están disminuyendo, la presión hospitalaria es cada vez mayor.
Tal y como ha informado 'El Confidencial Digital', el Gobierno y Sanidad han centrado toda su atención en la tensión de los centros médicos para estudiar la posibilidad de establecer el confinamiento.
Es por este motivo que se están planteando la opción del aislamiento domiciliario. No obstante, antes de aplicar esta medida esperarán a comprobar si las últimas restricciones implantadas por las comunidades autónomas han sido eficaces o no.
De esta forma, y según han informado fuentes cercanas a la Moncloa al mismo medio, en la última reunión del Comité de Seguimiento del Coronavirus que se celebró el pasado jueves 13 de noviembre —y que contó con la participación de Pedro Sánchez, Salvador Illa, María Jesús Montero y Fernando Simón—, pusieron sobre la mesa la posibilidad del aislamiento, aunque «no en todo el territorio nacional como en marzo».
El presidente del Gobierno dio el visto bueno para aplicar una especie de «confinamiento domiciliario a la carta durante un plazo de dos o tres semanas» si las medidas actuales no han resultado eficaces.
Por lo tanto, para finales de noviembre desde la Moncloa podrían implementar un nuevo estado de alarma que permita el aislamiento, sometiendo «en cuestión de días» el decreto aprobado por el Consejo de Ministros a la ratificación del Congreso de los Diputados.
El Gobierno ha establecido un plazo de dos semanas para observar la eficacia de las restricciones actuales y para comprobar si la presión hospitalaria y de los centros de atención primaria disminuye. Si esto no fuera así, estarían dispuestos a aplicar el confinamiento domiciliario, pero solo en las zonas con las UCI en riesgo extremo.
Las autonomías que están en el punto de mira
Por el momento, Sanidad mantiene «bajo vigilancia estrecha» a Navarra, La Rioja, Castilla y León, Castilla La-Mancha, Murcia, Ceuta, Melilla, Aragón y varias zonas de Andalucía, porque son los lugares donde la presión hospitalaria está prácticamente al límite.
Con una ocupación del 56,7% de las plazas disponibles en cuidados intensivos, La Rioja se sitúa como la comunidad autónoma con la situación más extrema. En la autonomía hay un total de 182 pacientes ingresados por coronavirus, lo que supone el 21,16% de las camas hospitalarias disponibles, según los datos del último informe de Sanidad.
Tan solo unos pasos por detrás se encuentra Aragón, con una saturación del 51,69% de sus UCI y un total de 984 pacientes hospitalizados, de los cuales 122 necesitan cuidados intensivos.
Asturias lleva varias semanas solicitando la aprobación del confinamiento domiciliario en su territorio con el objetivo de controlar la situación en los centros sanitarios y no lo ha hecho en vano, ya que durante los últimos días ha visto incrementar notablemente el número de personas ingresadas y ya se sitúa como la región con mayor ocupación hospitalaria y como la quinta más afectada en sus UCI.
Según los últimos datos compartidos por el ministerio de Sanidad, en la autonomía hay un total de 984 personas ingresadas, de los cuales 133 requieren asistencia en cuidados intensivos, lo que equivale a un 45,86%.
En Cataluña, por otro lado, también ha aumentado considerablemente la ocupación de las instalaciones médicas con pacientes con coronavirus y se ha convertido en la cuarta comunidad con mayor saturación de las UCI, con un 44,36%.