Tras días de sufrimiento, finalmente el pasado miércoles Pedro Sánchez pudo cumplir su objetivo y el Congreso aprobó una cuarta prórroga del estado de alarma. Lo hizo gracias al respaldo de última hora de Ciudadanos y PNV que se sumaron a los votos afirmativos de los partidos del Gobierno, Más País y los diferentes partidos regionalistas.
Pese a ello, parece complicado que la situación actual se puede alargar más de estas dos semanas, aunque esta sea la intención de Sánchez. Y es que el presidente del Gobierno quiso dejar claro que ahora mismo no tiene plan B. Ve necesario seguir alargándolo «hasta que no tengamos una situación epidemiológica semejante en todo el territorio». Es decir, para Sánchez el estado de alarma debería duras las «6 o 8 semanas» de desescalada aunque «modulando la gradualidad» del desconfinamiento.
Voces críticas en la oposición
Pablo Casado mostró contundentemente su rechazo a que se siga extendiendo en el tiempo esta situación excepcional. Insistió en que Sánchez está abusando de poderes y la mayoría de países han conseguido contener la pandemia aplicando leyes de rango ordinario. Por eso, aseguró que su próxima votación sería un no diciéndole al presidente que «si no es capaz de encontrar en quince días un plan ajustado a la legalidad y libertad de los compatriotas, no vuelva a pedir lealtad y unidad a la oposición».
Por su parte, pese a su voto favorable, Inés Arrimadas quiso advertir que «esta no es una prórroga para 3 meses sino para 15 días», dejando claro que no hay más acuerdos con el Gobierno.
También el portavoz del PNV, le instó a ir «preparando» la vuelta a la normalidad y a no convertir «una situación de excepcionalidad en algo permanente». Gabriel Rufián, tras el no en esta ocasión de ERC, quiso afear que el Gobierno no tuviera la intención de negociar y dijo: «Hay alternativa al estado de alarma».