Los hechos sucedieron el domingo 13 de septiembre de 2020 y dejaron en shock a todos los españoles. Un bebé de diez meses tuvo que ser hospitalizado en Almassora (Castellón) después de una brutal agresión a manos de su padre, y murió dos días después. La Fiscalía ha pedido la prisión permanente revisable para el acusado.
Le acusan de un delito de asesinato, lesiones y violencia doméstica habitual. Y es que el bebé fallecido era objeto de continuas agresiones desde que tenía dos meses. El relato del fiscal pone los pelos de punta y recoge con todo tipo de detalles los golpes, mordiscos y bofetadas que recibía el niño.
El padre tenía 20 años cuando sucedieron los hechos, mientras que la madre tenía 17 y era menor. Los dos fueron detenidos, y la chica fue condenada por un delito de asesinato en comisión por omisión según la ley del menor. Él está pendiente de juicio, y se enfrenta a la pena de prisión permanente revisable.
Cómo ocurrieron los hechos
Según el escrito de la Fiscalía, el bebé fue sometido a malos tratos desde que tenía dos meses. Su progenitor le daba bofetadas, golpes y mordiscos, e incluso llegó a retorcerle el brazo hasta provocarle una fractura del húmero derecho. El padre le golpeaba a diario porque le molestaba que llorara.
Las agresiones fueron yendo a más hasta que el 13 de septiembre se desencadenó la paliza mortal. Aquella noche, el bebé empezó a balbucear en presencia del padre y la madre, en el domicilio familiar de la calle Sant Pere de Almassora. Viendo que no podía dormir, el padre desató su ira contra el pequeño.
El joven se acercó a la cuna donde estaba su hijo y la emprendió a golpes con él “con el claro propósito de acabar con su vida”. Según el relato del fiscal, lo arrojó en dos ocasiones contra la pared causándole lesiones muy graves. El bebé presentaba un traumatismo craneoencefálico en el lado izquierdo de la cabeza.
Las sospechas de los médicos
La pareja llevó al niño al centro de salud y de allí lo derivaron al Hospital General de Castellón. Los pediatras del menor observaron que la gravedad de las heridas no se correspondían con un simple accidente. Inmediatamente dieron la voz de alarma ante los indicios de supuestos malos tratos.
Existía además un expediente anterior por posibles malos tratos, lo que acabó confirmando la sospecha de los médicos. Los progenitores insistían en que el niño se había caído de cabeza de la cuna, pero su versión no era creíble. La herida era propia de un golpe externo y no una simple caída.
Los médicos avisaron a la Guardia Civil, que detuvo a los padres e inició una investigación sobre lo ocurrido. El juzgado de guardia decretó prisión provisional para el padre, y la madre fue internada en un centro de menores. El martes 15 de septiembre, el niño perdió la vida en el hospital a causa de las lesiones.
Podrían llegar a un acuerdo
La Fiscalía solicita ahora la prisión permanente revisable para el padre. Está previsto que el juicio empiece en el mes de marzo, pero no se descarta que haya un acuerdo previo. El acusado podría aceptar los hechos a cambio de evitar el juicio y obtener una condena menor a la que ahora se enfrenta.
Los abuelos paternos del bebé fallecido han rechazado pedir ninguna indemnización por los hechos. En cambio, la Fiscalía Provincial solicita 150.000 euros de indemnización para la abuela materna del bebé fallecido. En los próximos días se conocerá la suerte de este padre que mató a su bebé de la peor forma.
El caso generó una verdadera conmoción en Almassora, y en la sociedad española en general. Incluso se pronunció la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, que definió el suceso como “hechos trágicos que parten el alma a cualquiera”. “Con el corazón roto de pensar que sufrió tanto desde que nació”, añadió.
Los servicios sociales estaban detrás
Cuando ocurrieron los hechos, no constaban antecedentes judiciales previos por malos tratos al menor. Pero si había un expediente por posible maltrato, y los servicios sociales estaban realizando un seguimiento a la familia. Los pediatras habían detectado lesiones sospechosas en el cuerpo del bebé.
Los servicios sociales del ayuntamiento de Almassora visitaban periódicamente el domicilio de la familia. Durante aquellas visitas, los técnicos no observaron ninguna situación extraña y por eso no se produjo ninguna denuncia. De hecho, habían estado en la vivienda tres días antes de desencadenarse la tragedia.
El ayuntamiento de Almassora remitió a la Conselleria de Igualdad los informes de servicios sociales sobre la familia. De ahí pasaron a manos del fiscal, que ha estado elaborando el escrito de acusación en base a las pruebas. Ahora el caso está en manos de la justicia, que en los próximos días tomará una decisión.