Beatriz Zimmerman denunció la desaparición de sus hijas, Anna y Olivia, a manos de su padre, Tomás Gimeno, el pasado 27 de abril. Han pasado más de tres semanas desde entonces y la Guardia Civil todavía no ha encontrado ninguna pista que pueda llevarles hasta el paradero de las niñas.
A pesar de los pocos indicios que hay para encontrar a las dos pequeñas, de 1 y 6 años, los agentes no han cesado la búsqueda y están tratando de recopilar todos los vestigios posibles para tratar de resolver el caso.
Junco y Bill, los dos perros que están trabajando en el caso
Esta semana se les ha sumado a la investigación Junco, un perro de la Guardia Civil que es experto en detectar restos biológicos y de huesos.
Un can que el próximo mes de agosto cumplirá dos años y que ha logrado detectar tres puntos calientes en la vivienda del padre de Anna y de Olivia.
Junco se unió a la Guardia Civil cuando a penas era un cachorro, como sucedió con su hermano Dylan, y después de haber pasado por la cantera de un policía local de San Fernando, Cádiz, que educa a estos animales de forma desinteresada.
Él no es el único perro que está realizando labores de rastreo en la investigación de la desaparición de Tomás Gimeno y de sus hijas.
Bill, un pastor belga de tres años, también está trabajando para tratar de encontrar alguna pista relevante para el caso.
Así, los dos perros están rastreando la casa, el barco y el coche de Tomás Gimeno en busca de restos que supongan un vestigio clave para dar con las niñas.
Fue en el año 2006, siguiendo los pasos de Suiza, cuando se creó esta unidad especializada de la Guardia Civil que está conformada por Bill, Junco y otros cuatro agentes más.
Estos canes forman parte de una unidad mayor como es el Servicio Cinológico, que está constituido por otros 500 perros expertos en la detección de drogas, explosivos y en el rescate de personas vivas.
Los mejores cuidados y extensa experiencia
La mayoría de estos perros residen en la sede central que está ubicada en El Pardo, Madrid, y allí se les preparara desde pequeños para que se conviertan en futuros agentes.
Sin embargo, este no es el caso de Junco ni el de su hermano Dylan. Estos dos canes han tenido la suerte de poder vivir en casa de sus guías.
Los perros de más de 8 kilos suelen viajar en las bodegas de los aviones, pero la importancia de este perro experto en restos biológicos es tal que viajó hasta Tenerife junto a su guía, evitando, de esta forma, posibles resfriados.
Además, Junco duerme con él en un hotel de la isla donde desaparecieron las niñas. Bill, en cambio, pasa las noches en las instalaciones de la Guardia Civil en La Laguna.
Los canes que forman parte de la unidad especial de la benemérita reciben los mejores cuidados. Sus guías solo les dan de beber agua embotellada para evitar indisposiciones y comen los mejores piensos de Europa.
Son perros con experiencia en este tipo de casos y que están preparados para ello. Bill ha participado, entre otras investigaciones, en la búsqueda de Marta Calvo, mientras que Junco es sobrino de Marley, otro can que formó parte del instituto armado y que estuvo en las pesquisas de Gabril Cruz y de Diana Quer antes de fallecer en el 2019.
Tres lugares clave
La Guardia Civil ha centrado la búsqueda ahora en la finca de Tomás Gimeno, el último lugar en el que se sabe que el hombre estuvo con las niñas. Una vecina del lugar aseguró haber escuchado a Anna y a Olivia jugar la tarde del mismo día en el que desaparecieron.
Los canes también están rastreando el coche y la embarcación del padre de las pequeñas para tratar de encontrar alguna pista relevante.