El uso de la mascarilla es obligatorio en España como medida de prevención frente al COVID-19. A pesar de ello todavía hay gente que hace caso omiso a la normativa para evitar los contagios de este virus. Existen investigaciones que determinan qué características comunes poseen aquellas personas que se saltan esta normativa.
Mucho se está investigando sobre este coronavirus que se ha cobrado miles de vidas en todo el mundo. Recientemente se han estudiado los rasgos y estilos de personalidad que están relacionados con la negativa a usar la mascarilla obligatoria.
Estos estudios científicos han revelado no sólo los datos sobre el cumplimiento de llevar la mascarilla, sino que también han descubierto qué tipo de personas se niegan a usarla.
Perfiles concretos de quienes se niegan al uso de la mascarilla
La conocida como ‘triada oscura’, rasgos de psicopatía, narcisismo y maquiavelismo, se relaciona con una menor probabilidad para cumplir con otras restricciones o medidas preventivas contra el virus como el uso de gel hidroalcohólico o mantener la distancia de seguridad oportuna con los demás.
Estos rasgos de la ‘tríada oscura’ se caracterizan por sus cualidades malévolas. Los resultados experimentales vinculan estos rasgos de personalidad con mayor tendencia al riesgo, impulsividad, delincuencia, falta de compasión y empatía. Es decir con malos hábitos en general y por tanto con una esperanza de vida más corta.
En las encuestas realizadas para el experimento, estas personas se creían que eran altamente susceptibles al COVID-19, aunque también creían menos en la eficacia de sus propias acciones. Estas percepciones explican de forma parcial su falta de interés en tomar las medidas preventivas oportunas para evitar los contagios como lavarse las manos frecuentemente y limitar los viajes innecesarios, por ejemplo.
Los autores de estos estudios científicos reconocen que aunque esta predisposición interviene en el incumplimiento de las normas, se deben añadir también otras variables en futuros estudios. Y es que la educación, los conocimientos, la falta de información, los vales o el nivel de confianza en los gobernantes e instituciones podrían interponerse en la conducta final.