La vacuna contra el covid-19 de la Universidad de Oxford, es decir, la de AstraZeneca, ha estado durante los últimos días en el foco de la polémica. Tras las dudas sobre los efectos secundarios de este antídoto y las sospechas que había sobre la provocación de secuelas como trombos o incluso el fallecimiento de algunas personas, fueron varios los Estados que decidieron aparcar la vacunación con AstraZeneca durante unos días, con el objetivo de aclarar las dudas surgidas y observar, con mayor lujo de detalles, si realmente el antídoto provocaba estos graves efectos secundarios o si no se podía demostrar la conexión causal entre estos efectos y la vacunación con AstraZeneca.
AstraZeneca, un mar de dudas tras el parón en su aplicación
Alemania, Francia, Italia y tras ellos España pararon el pasado miércoles, 17 de marzo, la aplicación de vacunas de AstraZeneca. Tras las certificaciones de las administraciones sanitarias de cada país y de la Agencia Europea del Medicamento, finalmente España retomó su uso ayer mismo, día 24 de marzo. Por el momento no hay ningún indicio que permita atribuir los casos de trombos a la aplicación de la vacuna de AstraZeneca; unos casos, además, de una probabilidad bajísima. Las autoridades consideran que los beneficios de la vacuna de AstraZeneca superan de largo sus riesgos, que considera que son extremadamente improbables.
Aunque se ha recuperado la normalidad en su aplicación, es innegable que se ha abierto un horizonte de dudas sobre la vacuna de AstraZeneca. Las situaciones que levantaron sospechas sobre si eran consecuencia de la aplicación de este antídoto han generado cierta sensación de inseguridad entre la población española, que ve en AstraZeneca que les genera temores por las posibles secuelas que pueda dejar. Es evidente que los mensajes de tranquilidad de las autoridades ayudan a normalizar la aceptación de esta vacuna, pero como es natural, queda cierto temor e inseguridad entre la población de nuestro país.
Es por ello que algunos expertos proponen acciones para que la ciudadanía menos confiada en la vacunación de AstraZeneca pueda vencer sus inseguridades. Acciones que puedan transmitir un mensaje claro, en la línea de lo que ya se ha dicho en los últimos días: que vacunarse con el antídoto de AstraZeneca es seguro y que genera una protección contra el coronavirus que es un beneficio mucho mayor que el riesgo extraordinariamente bajo de tener algun efecto secundario de gravedad. Y una de las acciones que comienzan a barajar los expertos es la vacunación pública y ante toda España con AstraZeneca del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Vacunar a Sánchez con AstraZeneca para dar tranquilidad, una opción sobre la mesa
Voces autorizadas del mundo médico y científico señalan que la vacunación de Sánchez e incluso de otros líderes políticos de nuestro país, como por ejemplo los ministros del Gobierno, pueden ser la dosis de tranquilidad y confianza necesarias para que la ciudadanía vuelva a convencerse de que vacunarse con AstraZeneca es seguro. Los miembros del Gobierno rehuyen por ahora esta posibilidad y creen que deben vacunarse en el momento en el que les toque por edad o por algún otro factor, como su posible pertenencia a algún colectivo de riesgo; la idea hasta ahora ha sido la de mantenerse al margen de la vacunación para que no es pudiera difundir la tesis de que se aprovechan de su condición de miembros del Gobierno para inmunizarse antes de lo que les tocaría.
Pero la evolución de la vacunación con AstraZeneca podría propiciar un cambio de opinión por parte del ejecutivo estatal: si se detecta un crecimiento del rechazo a esta vacuna, habrá que valorar seriamente acciones para reavivar la confianza de la población española en dicho antídoto. En este sentido, la opinión de los expertos va a ser clave en la posible decisión que se tome. Hace unos meses, ya se manifestaba en un sentido similar Rafael Bengoa, exconsejero de Sanidad en el País Vasco y exasesor en materia sanitaria del expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama. «La foto realmente necesaria es una de los principales partidos políticos unidos por la vacunación. Los EEUU ya preparan esa foto entre gobernadores y nivel federal. Eso daría una señal inequívoca y antes recobraríamos la normalidad», apuntaba Bengoa, en un sentido similar al que ahora comienzan a valorar los expertos y la cúpula dirigente de nuestro país.
El presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García Rojas, defendía hace unos días en las redes sociales que una vacunación con «luz y taquígrafos» —es decir, en público— de los políticos españoles, contribuiría a regenerar la confianza perdida en AstraZeneca. «Tras todo lo acontecido con la vacuna de Oxford (AstraZeneca), hay que volver a generar confianza en la misma. Y creo que una estrategia acertada sería la de que nuestros políticos, todos, contribuyeran vacunándose con luz y taquígrafos», declaraba García Rojas. Cada vez más voces, pues, presionan al Gobierno y en especial a Pedro Sánchez para hacer un gesto tranquilizador frente a la sociedad española y ponerse en público la vacuna de AstraZeneca. ¿Surgirá efecto el llamamiento científico o mantendrá la clase política la estrategia seguida hasta día de hoy?