Imagen de archivo del presidente Pedro Sánchez volando en uno de los aviones del Ejército del Aire

Indignación por el lugar donde Sánchez se ha ido de vacaciones

El presidente pasa unos días con su familia en La Mareta, un complejo de lujo que el rey de Jordania regaló a Juan Carlos I

Imagen de archivo del presidente Pedro Sánchez volando en uno de los aviones del Ejército del Aire
Pedro Sánchez viajó al Palacio de La Mareta en Falcon el pasado miércoles | LP

El pasado martes, tras el último Consejo de Ministros, Pedro Sánchez dio su última rueda de prensa antes de poner rumbo a sus vacaciones. El presidente del Gobierno disfruta junto a su familia de unos días de descanso antes de afrontar el nuevo curso político, pero el lugar escogido no ha sido el más acertado y ha causado una oleada de indignación en España.

Sólo unos días después de que el rey emérito Juan Carlos I abandonara España asediado por los casos de corrupción, Pedro Sánchez se ha ido a veranear al Palacio de la Mareta, un regalo del rey Hussein de Jordania a su buen amigo don Juan Carlos.

La redes están que arden, ya que amplios sectores sociales interpretan el gesto del presidente Sánchez como una provocación y entienden que es el lugar menos indicado tras el escándalo de la Casa Real y con la crisis económica que sufre España. En redes sociales insinúan que sólo falta que Sánchez utilice algunos de los Ferraris que los árabes regalaron al emérito.

El complejo real de La Mareta, en la isla canaria de Lanzarote, fue un regalo personal que el rey Hussein de Jordania hizo a Juan Carlos en 1989. La Casa Real cedió La Mareta al Patrimonio Nacional y en los últimos años ha sido utilizado por los presidentes para sus retiros, pero en esta ocasión el lugar adquiere un significado muy especial.

El lugar está en la lista de donaciones y regalos de las familias reales árabes al antiguo jefe del Estado, don Juan Carlos, entre las que se encuentra también la supuesta comisión millonaria de la familia saudí por las obras del AVE a La Meca. Por eso parece una provocación que ahora Sánchez y su esposa Begoña hayan optado por ir a ese complejo.

Por otro lado está la cuestión del lujo. El gasto extra que costarán las vacaciones de Sánchez en el momento más difícil de la economía española en muchas décadas ha sido también objeto de crítica. El palacio de La Mareta ha tenido que ser acondicionado para que el presidente pase allí algunos días antes de poner rumbo al Palacio de las Marismillas, en Doñana.

Viaje en Falcon

Esto supone un doble gasto para las arcas públicas que las redes sociales no han pasado por alto. Y no es la primera vez, porque Pedro Sánchez ya ha protagonizado otros casos parecidos como el de sus viajes privados con los aviones del Ejército del Aire, los famosos Falcon.

De hecho, en esta ocasión el presidente también se trasladó a La Mareta en uno de sus Falcon. El presidente voló de Madrid el miércoles a las 11.34 y aterrizó en Lanzarote a las 12.30 hora local. El viernes, uno de los Falcon hizo el mismo trayecto, aunque ni Presidencia ni Patrimonio Nacional han desvelado el motivo del viaje.

Según consta en el control de radares, han sido un total de cuatro vuelos, dos de ida y dos de vuelta, en sólo cinco días. Un gasto añadido nada banal si tenemos en cuenta que una hora de vuelo de un Falcon supera los 5.000 euros. 

Sánchez se ha visto envuelto en varias polémicas acerca de los vuelos privados con aviones del Estado. El más sonado fue cuando fue en Falcon a un concierto del Festival Internacional de Benicassim, en Castellón, acompañado de su mujer. 

También fue en helicóptero oficial a la boda de su cuñado, en La Rioja, con medio centenar de agentes de la Fuerzas de Seguridad del Estado. En sus primeros 500 días como presidente, Pedro Sánchez realizó 76 viajes en Falcon.