La tranquilidad habitual de un fin de semana de verano a nivel informativo quedó truncada este sábado, con la irrupción de Pedro Sánchez. A primera hora de la mañana se filtró que el presidente anunciaría cambios en el Gobierno. Finalmente, Sánchez compareció a mediodía para explicar el cese de siete ministros y su jefe de gabinete, Iván Redondo.
Tras semanas de muchas especulaciones al respecto, el presidente decidió llevar a cabo los cambios de Gobierno que llevaba meses sopesando. Hacía algunas semanas que los rumores de cambios en el Ejecutivo apuntaban a otoño, pero finalmente Sánchez optó por adelantarlos. El presidente quiere dar rodaje a los nuevos ministros para que empiecen la andadura del curso político el próximo mes de septiembre, al 100 %.
Semanas de reflexión y de cambios
El alivio en la crisis sanitaria, la aprobación del Plan de Recuperación o la concesión de los indultos a los presos independentistas. Estos tres hitos clave de la legislatura marcaban el final de una etapa que Sánchez quería aprovechar. Completados estos objetivos, el presidente quería remodelar el Gobierno para empezar una nueva legislatura dentro de la misma.
Con los cambios, el presidente del Gobierno quiere dejar atrás viejas 'mochilas' y dar una nueva cara a su Ejecutivo. Con el cambio de rasante, Sánchez busca un nuevo impulso tanto en la imagen de su Gobierno como en las encuestas, donde el PP le supera desde hace varios meses. Como hemos contado, hacía tiempo que Sánchez valoraba relevar a varios de sus colaboradores.
Durante todo este tiempo, el presidente ha ido acotando con exactitud las modificaciones que quería aplicar a su Ejecutivo. Han sido semanas de reflexión por parte de Pedro Sánchez, pero también de consultas y de contraste de opiniones con algunos de sus colaboradores. Aun así, ha sido el presidente del Gobierno quien ha tenido la última palabra sobre los cambios y no le ha temblado el pulso para cesar a su núcleo duro.
La traición de Sánchez a Ábalos
Aunque la decisión última haya sido del presidente Sánchez, las consultas con sus colaboradores más próximos han tenido lugar en los últimos meses. Una de las personas más fieles a Sánchez es la del hasta hoy ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. El político valenciano ha actuado como escudero del presidente ya desde los tiempos de sus inicios como secretario general socialista.
Ábalos también estuvo al lado de Sánchez cuando fue apartado de la secretaría general del PSOE por Susana Díaz. Recuperado el puesto, siempre fue de la mano de Sánchez, que le incorporó al Gobierno tras la moción de censura, en 2018. Hasta hoy, era uno de los mayores confidentes del presidente, junto a otros nombres como Carmen Calvo o Iván Redondo.
Muestra de ello es que hace escasas semanas, Pedro Sánchez citó a José Luis Ábalos para trasladarle que pensaba en una remodelación del Gobierno. El presidente le expuso los motivos y le pidió opinión a Ábalos sobre alguno de los relevos que pensaba hacer. Durante el último mes, ambos han ido manteniendo contactos sobre la crisis de Gobierno.
Lo que no esperaba Ábalos era que él dejaría de ser ministro. Tal y como explica este lunes El Español, Sánchez nunca le comunicó que quería destituirle, pese a consultar con él los cambios. La traición del presidente del Gobierno se consumó el sábado, cuando Ábalos fue cesado ante su sorpresa mayúscula.
El hecho de que el presidente le consultara los cambios y que nunca le planteara su cese le hizo pensar que gozaba de su máxima confianza en el cargo. Pero resultó no ser así: Sánchez le comunicó el sábado que ya no cuenta con él, noticia que cogió por sorpresa a Ábalos y a su entorno cercano. El movimiento de Sánchez, una traición a su fiel colaborador en términos personales, abre una brecha inédita entre ambos y Ábalos ya valora dejar la secretaría de Organización del PSOE.