Pedro Sánchez tiene claro quién es el culpable del desgaste del Gobierno estos últimos días por la crisis de Madrid. El presidente ha señalado al director del gabinete de la Presidencia y su más íntimo colaborador, Iván Redondo, al considerar que la reunión con Isabel Díaz Ayuso en la Puerta del Sol fue un error.
Miembros del PSOE consideran un error la estrategia que ha seguido el Gobierno estos días en la crisis sanitaria de la capital y que enfrenta al Ejecutivo con la Comunidad de Madrid, y señalan directamente a Presidencia por fallos estratégicos.
Algunas fuentes van incluso más allá y aseguran que hay un malestar en las filas socialistas por lo que consideran una estrategia orientada a desgastar la figura de Salvador Illa para salvar la de Sánchez. Otras fuentes socialistas lo desmienten, pero lo cierto es que la imagen del Gobierno estos días no ha sido la mejor, y en Moncloa se buscan culpables.
En el conflicto que enfrenta al Gobierno con la Comunidad de Madrid, los partidarios de Isabel Díaz Ayuso ven como principal responsable de la crisis al ministro de Sanidad, Salvador Illa, que es quien ha dado la cara estos últimos días pidiendo en las sucesivas ruedas de prensa restricciones más duras para los madrileños.
De hecho, la intención de aplicar restricciones comunes para todo el país tampoco ha gustado a los barones socialistas, que de forma velada acusan a Pedro Sánchez de traicionar el principio de cogobernanza que tenía que regir la nueva normalidad. En su opinión, las decisiones van en el camino de recentralizar de nuevo la gestión de la pandemia.
Dos errores graves
Y en ese contexto, creen que la reunión de Pedro Sánchez con Isabel Díaz Ayuso la semana pasada fue un error que ha desgastado la imagen del Gobierno en todo el conflicto. La reunión fue de hecho una concesión de Sánchez a la petición de la presidenta de la comunidad, que acabó siendo un brindis al sol sin un compromiso real por parte de nadie.
El segundo error que algunos socialistas achacan a Presidencia fue la rueda de prensa posterior a la reunión, en la que ambos salieron mal parados. La puesta en escena, con el exceso de banderas, fue motivo de sorna en todo el país, y en todo caso fue el colofón a una comparecencia llena de tensión y artificiosidad.
La crisis entre ambas instituciones desatada horas después y que ha ido a más con cruces de acusaciones y amenazas pone más en evidencia aún el error de aquella reunión. Todo empezó a complicarse con las dos ruedas de prensa paralelas del viernes pasado, en la que el gobierno regional desoyó la petición del ministerio de Sanidad y este amenazó con la intervención.
Sin embargo, a pesar de las reiteradas amenazas del ministro de Sanidad, Salvador Illa, la presidenta de la Comunidad de Madrid se ha mantenido firme mientras el Gobierno no ha sido capaz de mantener el tipo. Con independencia de quién tenga la razón, muchos en el PSOE creen que Ayuso le ha ganado la partida mediática a Illa.
Además, temen que Ayuso sea solo una marioneta en manos de Casado para ir desgastando el Gobierno. Si esto es así, los errores del entorno de Sánchez no hacen más que dar munición al enemigo y de paso dejan solo ante el peligro a uno de los grandes símbolos de la lucha del Gobierno contra el coronavirus, el ministro Illa.
Falta de coordinación
La situación ha llevado a una descoordinación con graves consecuencias para la estrategia de los socialistas. El alcalde socialista de Fuenlabrada, Javier Ayala, denunció el agravio comparativo de la presidenta de la comunidad por confinar algunos barrios sí y otros no, pero las últimas medidas impuestas por Sanidad obligarán a confinar también su ciudad.
Todo ese cúmulo de errores aumenta el descontento de una parte del partido con el gabinete de presidencia y advierten de que pueden echar por los suelos todos los esfuerzos del Gobierno por manejar la crisis del Coronavirus estos meses.