Pedro Sánchez y Nadia Calviño en el Congreso de los Diputados (15/04/2020).

Pedro Sánchez reacciona tras las últimas encuestas de Madrid

El presidente es optimista y cree que un empujón final puede llevarle a una victoria muy importante para su legislatura

Pedro Sánchez sabe que en las elecciones madrileñas del 4 de mayo se juega su futuro político. Una victoria de las izquierdas le permitiría gobernar en España cómodamente durante lo que queda de legislatura, pero un gobierno de Isabel Díaz Ayuso, con mayoría absoluta o con el apoyo de Vox, lanzaría al PP en su carrera hacia la Moncloa.

Las últimas encuestas son desalentadoras. Tanto el sondeo del CIS como los datos que maneja Moncloa muestran un número insuficiente de escaños de la izquierda para gobernar. El PSOE se mantendría o subiría como mucho un escaño. Lo mismo para Más Madrid, mientras que Podemos aumentaría pero no lo suficiente.

Isabel Díaz Ayuso está aún lejos de la mayoría absoluta (a diez escaños, según el CIS), pero con su alianza con Vox se quedaría a solo un puñado de votos. Los sondeos preocupan al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pero a la vez se muestra tranquilo. Está confiado de que queda mucho partido por jugar en Madrid, y está dispuesto a poner toda la carne en el asador.

Sánchez, que en estos momento se encuentra en plena gira africana, ha transmitido a su estrecho círculo de colaboradores su intención de volcarse en la campaña madrileña una vez aterrice en Madrid. Cree que en estas elecciones habrá una gran movilización y que la izquierda está tan motivada como la derecha. Por eso confía en un empujón final que rompa el empate técnico que ahora marcan las encuestas.

Pedro Sánchez está seguro de que Ángel Gabilondo es el mejor candidato para el PSOE en estas elecciones. Su perfil moderado permitirá disputar la batalla por el centro y arrebatar los votos de los electores huérfanos por la debacle de Ciudadanos. Mientras, Más País y Podemos se encargaran de recoger el voto de la izquierda más radical y permitirán así la consolidación de un bloque amplio para formar gobierno.

Sánchez cree que la simbiosis del PP con Vox destruye el espacio del centro-derecha y, al plantear una disyuntiva entre extrema derecha e izquierda, complica las expectativas de Ayuso de lograr la ansiada mayoría absoluta. De hecho, no descarta que Ciudadanos acabe entrando en el parlamento y rompa los esquemas de Ayuso y sus aliados ultra. 

Gabilondo es un gato viejo y sabe que en la política madrileña las elecciones se resuelven siempre por pocos votos. En 2015 se formó gobierno por un voto, y en 2019 por cuatro. Su campaña ha sido diseñada por Iván Redondo y Francisco Salazar, los artífices del «efecto Illa» en Cataluña, y preparan un sprint final a la altura.

El plan de Sánchez  

Pero incluso si su plan fracasa y la derecha consigue gobernar en la Comunidad de Madrid, Sánchez tiene la intención de no alterar sus planes de aquí hasta el final de la legislatura. Sabe que enfrente tendrá a una oposición más dura que nunca, pero también es consciente de que quedan dos años para las generales y que esto le da margen de maniobra.

Su prioridad después de las elecciones, gane o pierda, es mantener el plan de vacunación y cumplir la promesa que hizo esta semana: inmunizar al 70% de la población a finales de agosto. Los problemas con AstraZeneca han puesto en peligro su estrategia, pero Sánchez se esfuerza en transmitir su firmeza en la promesa y explicar a los periodistas que habrá vacunas de sobra para vacunar a 33 millones de españoles.

El segundo paso será decidir qué hacer con el estado de alarma el 9 de mayo. Esta es una cuestión más peliaguda porque le enfrenta directamente con la oposición. El Gobierno mantiene su intención de no prorrogar el estado de alarma, pero las comunidades le piden un mes más, hasta junio, mientras que el PP reclama una reforma de la ley orgánica de medidas especiales para no arrojar las comunidades a un escenario de inseguridad jurídica.

Rumbo a la Moncloa en 2023

De puertas hacia fuera, Sánchez transmite un mensaje de optimismo para encarar la vuelta a la normalidad junto con el resto de la Unión Europea. De puertas hacia dentro, sin embargo, es más realista, y contempla la posibilidad de un empeoramiento de la situación epidemiológica que obligue a ampliar las restricciones, como mínimo hasta junio.

Y ahí entra en juego su tercera baza, el plan de recuperación económica. Confiando en que la vacunación masiva permitirá ir solucionando el problema del estado de alarma y las restricciones, el gran objetivo de Sánchez es ultimar las reformas en marcha para enviar el plan a Bruselas y recibir a cambio los fondos de recuperación por valor de 140.000 millones. El plan será aprobado el martes y se presentará el miércoles en el Congreso durante la comparecencia del presidente Sánchez. 

En sus mejores perspectivas, la convergencia de la superación de la pandemia con la recuperación económica permitirá encarar la segunda parte de la legislatura con la confianza suficiente. Pedro Sánchez podrá presentarse a las siguientes elecciones con el cartel del Gobierno que ha vencido al coronavirus y ha sacado a España de la crisis.