De cada diez españoles en edad de trabajar tres no pueden hacerlo.
La Covid no solo está matando a decenas de miles de personas. También va a dejar a nuestra economía moribunda.
Datos escalofriantes
La tasa de paro oficial en España en el primer trimestre es del 14,41%. No contabiliza los trabajadores inmersos en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo ni los autónomos que han cesado su actividad. Si los sumamos la tasa de paro real en España es de un 31%.
Es lo que los economistas llaman el "desempleo efectivo". La suma total de los activos que no están trabajando estén o no dados de alta en la Seguridad Social.
Si dividimos esta cifra por la población activa se obtiene la tasa de paro efectiva.
Ese 14,41% a cierre del primer trimestre empeorará en el segundo por el impacto de la pandemia. El Banco de España prevé que subirá hasta el 20% pero aun así estará muy lejos de la realidad de nuestro mercado laboral.
El 31% de paro significa que 7,12 millones de personas en España no están trabajando. Son 3.862.000 parados, 1,220.000 en ERTE y unos 2 millones de autónomos sin actividad.
Hay 15.860.000 ocupados de los que 3.250.000 están en el sector público.
Los que no trabajan son 16,520.000. 2,890.000 estudiantes, 6.430.000 jubilados, 3.730.000 amos de casa, 1.250.000 con pensión por incapacidad permanente y 1.600.000 de receptores de otro tipo de pensión.
Las estadísticas no bastan para radiografiar con exactitud el mercado laboral español. Los datos de afiliación y desempleo que publican todos los meses el Ministerio de Trabajo y la Seguridad Social computan los trabajadores en situación ERTE. Están dados de alta pero no están trabajando.
La Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística tampoco es del todo fiable. Contabiliza a los afectados por ERTEs como ocupados y no como parados. Los desempleados que no están buscando activamente un empleo o no tienen disponibilidad inmediata los trata como inactivos.
El resultado de estos datos es que la tasa real de paro es más del doble de la oficial. De ahí que los expertos la sitúen en el 31%.
Los ERTE son un parche
Los trabajadores que están en un ERTE no son parados porque recuperarán su empleo cuando este acabe, Conservarán su puesto de trabajo un mínimo de seis meses desde que se reincorporen.
El problema es que si la empresa se declara en concurso de acreedores perderían su empleo. Si la compañía considera insostenible reincorporarlos y decide despedirlos tendría que devolver las cotizaciones sociales que no abonó correspondientes a toda la plantilla.
El Banco de España avisa de que muchos ERTE pueden retrasar pero no evitar la destrucción de empleo Mantener los ERTE indefinidamente pospondrá el problema pero no lo solucionará.