En su última comparecencia antes de irse de vacaciones, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dejado marcada la fecha más importante para los españoles: la que indicará el fin de la crisis en España. Según el presidente, «en 2023 rebasaremos la situación que teníamos antes de la crisis del Coronavirus».
Sánchez reconoce que todavía quedan varios años de dificultades económicas, y que el PIB no superará el nivel en el que cerró en 2019 hasta al menos de aquí a tres años. Será, por lo tanto, una recuperación lenta en contra de lo que pensaba inicialmente el Gobierno.
Desde el principio el equipo de Sánchez ha hablado de una recuperación en V, pero el Banco de España y otros organismos dibujan otros escenarios de recuperación larga. El último dato de la histórica caída del 18,5% del PIB en el segundo trimestre del año, ya anuncia la grave situación a la que se enfrenta el país y lo que está por venir.
La propia vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha admitido que serán necesarios varios años para poder superar la crisis económica derivada de las restricciones por el Coronavirus. El posible impacto que puedan tener los eventuales confinamientos de cara a futuros rebrotes y las pérdidas en el turismo hacen prever un futuro aún más negro.
Organismos como la OCDE prevén un hundimiento de la economía española de hasta el 14% en el año 2020, y un rebrote de la economía menos intenso en 2021. La tasa de paro crecerá aún más y, según estas previsiones, la recuperación que Sánchez prevé para 2023 podría retrasarse.
Según el presidente, el objetivo del Gobierno es desarrollar todos los acuerdos del gobierno de coalición, incluida la reforma laboral, aunque la medida no gusta nada en Bruselas. Sánchez se niega a reconocer las tensiones que se pueden desatar en torno a este tipo de cuestiones dentro de su alianza con Podemos, y se limita a apelar al diálogo.
Pero tampoco se moja en cuanto a la subida de impuestos. Avanza que sólo se abordará la reforma estructural del sistema fiscal cuando la economía vuelva a los niveles previos al Covid-19. Algo que da a entender que la subida no se producirá hasta 2023, pero tampoco descarta algunas modificaciones durante este tiempo.
De hecho, durante estos meses el Gobierno no ha perdido el tiempo y ya ha aprobado nuevas tasas como las aplicadas a las grandes tecnológicas y las transacciones digitales. Hacienda mantiene entre sus objetivos aumentar el impuesto que grava el diésel, el incremento de sociedades y la armonización fiscal entre comunidades.
No dejar a nadie atrás
En su defensa de la acción de Gobierno, el presidente Pedro Sánchez ha hecho hincapié en la necesidad de no dejar a nadie atrás. Reconociendo que España se encuentra ante la peor crisis de su historia en 70 años, ha defendido la red de protección social puesta en marcha por su gobierno con 200.000 millones de euros en ayudas sociales y a las empresas.
Sánchez saca pecho con tres grandes acciones: los ERE, el ingreso mínimo vital y el fondo de recuperación europeo. Se trata, dice Sánchez, de rescatar a los trabajadores y a las familias vulnerables, y reafirma el compromiso del gobierno de coalición con la igualdad.
Sobre el Gobierno de coalición, Pedro Sánchez admite que en algunas cuestiones tienen puntos de vista diferentes, pero manifiesta sentirse muy satisfecho con la alianza que «se ha tenido que enfrentar a la peor pandemia mundial en cien años». Por eso, ha dicho, los presupuestos generales tendrán como base los acuerdos del gobierno de coalición.