La segunda ola del coronavirus está siendo muy dura en Francia, sobre todo en su capital, París. Tras un mes de septiembre con numerosos contagios, este pasado sábado el país galo registró su número máximo de contagios, con casi 1.700 casos nuevos de Covid.
La situación es más alamante en la ciudad de París, que desde este martes 6 de octubre entra en alerta máxima por su alta incidencia de contagios en los últimos días. El Gobierno francés estableció una serie de criterios que la ciudad supera con creces.
París entra este martes 6 de octubre en alerta máxima
En el país galo, las ciudades están en un nivel de alerta máxima cuando se superan tres baremos: que la tasa de incidencia supera los 250 positivos por cada 100.000 habitantes en la población general o los 100 en personas mayores de 65 años y que el 30% de las camas ocupadas en las UCI sean de pacientes con COVID-19.
París superó estas cifras el pasado jueves, con 263 y 105 casos respectivamente, mientras que el porcentaje de ocupación de camas por pacientes con coronavirus llegó el 35%. Por ello, tanto el Ayuntamiento como las prefecturas de policía, la agencia sanitaria y la de educación enviaron un comunicado confirmando el anuncio de las nuevas medidas, que se darán a conocer este martes de forma más exhaustiva.
Quedarán abiertos los restaurantes, pero bajo un protocolo sanitario más reforzado
Las nuevas medidas afectarán, por un lado, a los bares y cafés de la ciudad parisina, que deberán cerrar durante al menos 15 días. Sí podrán quedar abiertos los restaurantes, aunque lo harán bajo un protocolo sanitario más reforzado. Unas medidas que se ampliarán a los tres departamentos de los suburbios interiores de la ciudad.
Desde Matignon, la residencia del primer ministro de Francia, han comunicado que los salones y anfiteatros de universidades limitarán su aforo al 50% en zonas de alerta reforzada y máxima. La alcaldesa de la capital, Anne Hidalgo, describió como «catastróficas» unas imágenes de estas salas abarrotadas de gente. Además, se recomienda «más que nunca» el teletrabajo en estas zonas.
Igualmenete, el ministro de Sanidad francés, Olivier Véran, ya adelantó el pasado jueves lo que finalmente ha acabado sucediendo. «No tendríamos más remedio que poner Paris en alerta máxima. No más reuniones familiares, no más fiestas y el cierre total de los bares».