La del 20 de abril de 2017 tenía que ser una noche especial para Pablo Podadera. Cumplía 22 años, y salió a celebrarlo con unos amigos. Pero la cosa se truncó cuando se desató una pelea en el local donde se encontraba. El joven quiso poner paz y recibió una paliza que acabó con su vida. Cuatro años después, arranca un nuevo juicio por estos hechos.
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) anuló en octubre la sentencia que condenaba a los dos acusados por delito de lesiones, y también revocó la absolución de otros dos jóvenes procesados por los mismos hechos.
La Audiencia Provincial de Málaga tiene previsto celebrar de nuevo el juicio por la muerte de Pablo Podadera. El juicio empezará hoy con jurado popular y está previsto que se alargue durante dos semanas. En el proceso anterior, la Audiencia condenó a tres años y dos meses a los dos acusados y otros dos fueron absueltos de encubrimiento. El TSJA anuló la condena y la sentencia absolutoria y ordenó celebrar un nuevo juicio.
En el primer juicio, los acusados admitieron la agresión pero no la intención de matar. Sin embargo, la Fiscalía siempre ha respaldado la versión de la acusación de que los dos jóvenes agredieron a Pablo con la intención de matarle, y por eso pedía una pena de 18 años de cárcel por un delito de asesinato. La acusación particular, por su lado, pedía 20 años por los hechos que acabaron con la vida del joven.
Relato de los hechos
Lo que se juzga es la muerte de Pablo Podadera el 20 de abril de 2017. La víctima había salido con unos amigos para celebrar su cumpleaños, y acudieron al mismo local donde estaban los acusados, en la Sala Theatro. Sobre las 4.35 de la madrugada, Pablo observó una fuerte discusión en la que estaban implicados los acusados, y al intentar mediar recibió un golpe que acabó con su vida.
Según el relato de los hechos, la víctima y un amigo salieron fuera para fumar un cigarro. Al ver la discusión, Pablo se acercó con intención de apaciguar los ánimos. Fue entonces cuando puso una mano en el torso de uno de los acusados y le empezaron a llover puñetazos por detrás. La víctima recibió golpes muy violentos, y de hecho uno de los acusados es practicante de boxeo.
Dada la envergadura de los golpes y que iban dirigidos a la cabeza, el fiscal y la acusación particular consideran que había una intención de acabar con su vida. Además, tras caer desplomado, siguió recibiendo patadas en la cabeza por parte de los acusados. Pablo fue llevado al hospital por una ambulancia, pero falleció a la 1 del mediodía en el Hospital Clínico Universitario de Málaga.
Errores en la sentencia
El tribunal que juzgó los hechos no vio intencionalidad en los hechos y rebajó el delito de asesinato a uno de lesiones, que comporta una pena de tres años y dos mes. La sentencia generó una gran polémica y la familia decidió recurrir al Tribunal Supremo alegando falta de motivación y contradicciones en el veredicto. El tribunal les dio la razón y ordenó repetir el juicio por «contradicciones manifiestas, esenciales y de posible influencia en el fallo».
El TSJA considera que tenía que haberse devuelto el acta al jurado por la magistrada de la sala, y «al no haberlo hecho así resulta evidente la infracción». El jurado consideró, además, que no había pruebas para incriminar a los otros dos sujetos por encubrimiento. No obstante, el Tribunal de apelación cree que sí hay pruebas para deliberar sobre la culpabilidad o inocencia.